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112 DOMICIANO FERNÁNDEZ malos efectos que pudiera producir en las otras Iglesias, se aprobó la siguiente resolución dirigida principalmente a las Iglesias católica, ortodoxa y vetero-católica: «Somos conscientes de que los miembros de las Iglesias roma- no-católica, ortodoxa y vetero-católica pueden sentirse defrauda dos por el hecho de que la Comunión anglicana acepte diferentes opiniones doctrinales y modos de proceder. Sin embargo, quisié ramos decir claramente que: “El mantenimiento del pluralismo en la unidad de la fe y del servicio divino es parte de la herencia anglicana”. “Quienes han participado en la ordenación de mujeres creen que tales ordenaciones han ocurrido dentro del ministerio históri co de la Iglesia, tal cual lo ha recibido la Comunión anglicana”. “Esperamos que el diálogo entre las restantes Iglesias y los miembros de nuestra Comunión eclesial proseguirá adelante, porque creemos comprender la verdad y la voluntad de Dios y aprender de ella, cuando juntos progresamos hacia una mayor catolicidad y a una más profunda comunión en el Espíritu Santo”- 9. La Iglesia de Inglaterra, madre de la Comunión anglicana, era más reacia a esta decisión. Aquel mismo año de 1978 se celebró a principios de noviembre el Sínodo local de la Iglesia de Inglaterra y se discutió el tema de la ordenación de la mujer. Al proponerse a votación este punto, el resultado fue: 246 votos favorables y 271 en contra. Los votos negativos proceden principalmente del bajo clero. Los obispos y los seglares votaron mayoritariamente a favor. El Dr. D. Coggan, que personalmente era favorable a la orde nación, temía una ruptura en la Iglesia anglicana e insistía en que este asunto no debiera crear diviones entre las Iglesias cristianas. El resultado fue que, al menos en Inglaterra, quedaba aplazada la deci sión hasta el próximo Sínodo. 9 Lambeth Conference, Report and conference resolutions, London 1978.
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