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LA ORDENACIÓN SACERDOTAL DE LA MUJER EN LA COMUNIÓN ANGLICANA Y SU REPERCUSIÓN EN LAS DEMÁS IGLESIAS CRISTIANAS* I. PRIMERA ETAPA: LA FUERZA DE LOS HECHOS CONSUMADOS La ordenación sacerdotal de mujeres en la Iglesia anglicana ha conmovido profundamente tanto a la Iglesia católica y ortodoxa como a la misma Comunión anglicana. Son las Iglesias que recla­ man con mayor derecho el origen apostólico mediante la sucesión ininterrumpida de sus ministros y admiten el sacramento del orden como instituido por el mismo Jesucristo. Los acontecimientos que hemos vivido en estos últimos lustros han dado origen a un diálo­ go activo, fecundo y prometedor entre las diversas Iglesias cristia­ nas. Aunque otras confesiones cristianas, nacidas de la Reforma, se habían adelantado a confiar el oficio de Pastor a mujeres, este hecho no revestía la misma importancia, porque dichas Iglesias no admiten el sacramento del orden. Estas mujeres, que son constitui­ das con el cargo de Pastor en su Iglesia, no reciben una «potestad sagrada en virtud del sacramento instituido por Cristo», según la doctrina tradicional católica. No obstante, en la actualidad, en las Iglesias protestantes crece la conciencia de que el oficio de Pastor no se debe reducir a una mera función administrativa. En la Rela­ ción del Congreso Católico-Luterano sobre la apostolicidad de la Iglesia (Estrasburgo, 1-6 de junio de 1988) se dice expresamente que «la Iglesia luterana en ningún modo puede renunciar a reivin­ dicar la validez y la legitimidad de su práctica de ordenación man- * El presente artículo recoge el capítulo IX de una obra del P. Domiciano Fer­ nández, de próxima publicación, que lleva por título La mujer y los ministerios en la historia de la Iglesia. Por la actualidad del tenia, nos ha parecido oportuno ade­ lantar en nuestra revista este texto sobre la ordenación de la mujer en la Iglesia anglicana.

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