PS_NyG_1995v042n001p0007_0101

FUNDAMENTALISIMO BÍBLICO 101 niñea devolver a la fe y a su expresión el aspecto espiritual que le corresponde, considerando que hay que alcanzar la verdad vivida y no sólo conocida. Cuando fallen todos los recursos mencionados, llevados a cabo en un diálogo sincero, habrá que abandonar a los fundamentalistas- literalistas a su suerte, sin claudicar en momento alguno en aquello que, a lo largo del trabajo, hemos considerado como irrenunciable. Un falso irenismo empeoraría las cosas. «Fundamentalistas siempre tendréis entre vosotros». Tendremos que acostumbrarnos a vivir con el fundamentalismo, que se halla contra nosotros, junto a nosotros y dentro de nosotros 83. La liberación de los fundamentalistas para su apertura hacia el futuro de Dios y del mundo será siempre una tarea teológica y eclesial. Terminamos con la reflexión siguiente de H. Küng: «La Iglesia católica, lo mismo que otras grandes religiones, ha de encontrar el camino entre el modernismo sin fundamento y el fundamento sin modernidad, sin auto-crítica, sin tolerancia y disposición al diálogo; un camino entre la permisividad y la exclusividad, entre la indolen­ cia y la agresividad»84. Felipe F. R amos Universidad Pontificia Salamanca 83 J. M o ltm a n n , art. cit., 547. 84 H. K ü n g , art. cit., 560.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz