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92 FELIPE F. RAMOS burocracia eficaz que administra la fe como si de una ideología se tratase. La autoridad de la institución y el peso reconocido a la ide­ ología garantizarían la elección individual de la “fe”. Todo funciona con vistas a asegurar el blindaje del hombre ante la caída, todo con­ tribuye a mantener la persistencia en la muerte. La Eucaristía deja entonces de ser una realización del modo de existencia evangélica, una manifestación de la vida verdadera, para transformarse en un deber individual de oración en común. El dogma se altera, pasando de ser “significante” de la experiencia eclesial común a mensaje ideológico autónomo, a código de disciplina racionalista que prote­ ge al individuo de la ignorancia y del error. La teología queda some­ tida a la prioridad del método y convertida en “ciencia” demostrati­ va que brinda certezas intelectuales. La ascesis del fiel cristiano —acto y práctica de participación en la dinámica de relaciones que constituyen la Iglesia— queda codificada como conjunto de reglas jurídicas y de “principios” de comportamiento moral individual. Y así la tradición, en lugar de ser transmisión y recepción de una experiencia viva, queda desvirtuada, transformándose en un com­ pendio de fórmulas de “ortodoxia”fosilizadas que alimentan una autosuficiencia individual fiel a modelos muertos»74. 9 . 4 . I n t e r pr e t a c ió n priv a d a y d es c o n e x ió n d e la v id a d e la I g lesia La vida al margen de la Tradición, de la transmisión de la expe­ riencia eclesial, obliga a tomar el camino del individualismo. Ancla­ dos en la interpretación privada, los fundamentalistas se alejan de la vida de la Iglesia, tanto si es considerada como misterio, como, sobre todo, si es vista desde su dimensión institucional. Aunque ambos aspectos son inseparables. La institucionalidad de la Iglesia es pura burocracia sin su enraizamiento en el misterio y éste puede explicarse como una ideología sublime y abstracta sin su vincula­ ción a la historia. El fundamentalismo hereda, de este modo, la peor parte del tradicionalismo que tiende a hacer de la Iglesia una reli­ gión, a sustituir la comunión de relaciones del cuerpo eclesial por la disciplina individual y el sometimiento a modelos fijos y fórmulas 74 Ch. Y annaras , art. cit., 500-501.

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