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FUNDAMENTALISIMO BÍBLICO 67 constataciones nos llevan necesariamente a la conclusión siguiente: los Evangelios no nos transmiten las mismísimas palabras de Jesús. Rara vez podemos llegar a la conclusión de estar ante ellas, ante las ipssisima verba Jesu. En los Evangelios nos encontramos, sin embar go, no sólo con el pensamiento de Jesús, sino con su propia voz. No obstante, es súmamete difícil renunciar a la vieja cocepción según la cual los Evangelios nos transmitirían las mismísimas pala bras de Jesús, incluso el lugar en que fueron pronunciadas. Lo hace incluso el Papa actual con mucha frecuencia. En la encíclica Domi- num et vivificantem, por poner un ejemplo, afirma docenas de veces que Jesús pronunció las palabras o proverbios sobre el Pará clito en la última cena... 7 . 2 . J esú s d e N a za r e t , prin cipio d e una v id a nueva Para no perder de vista el campo en el que nos movemos repe tiremos el principio o el párrafo que ahora nos corresponde desa rrollar: «El fundamentalismo descuida un dato importante: el modo como las comunidades cristianas han comprendido el impacto pro ducido por Jesús de Nazaret y su mensaje». Los Evangelios recogen las tradiciones sobre Jesús, sus pala bras y hechos, discursos y discusiones con sus adversarios... Tenga mos en cuenta, no obstante, que todo esto comenzó a hacerse des pués de la resurrección y gracias a ella. La resurrección de Jesús resucitó su pasado. Pero no es sólo eso. Este pasado fue reconstrui do desde el presente, desde la fe en Cristo resucitado. Y este pre sente, el Cristo resucitado, influyó en la reconstrucción del pasado. Dicho de otro modo: los discípulos y ministros de la palabra no se limitaron a repetir el pasado de Jesús, sino que lo actualizaron y lo interpretaron a la luz de la resurrección. Todo el pasado de Jesús fue visto desde el prisma de la resurrección; todas las tradiciones anteriores quedaron marcadas con la impronta del kerigma. La importancia del hecho que estamos constatando es extraor dinaria. Porque este hecho es el que mejor define la naturaleza espe cífica de los Evangelios. En todos y en cada uno de los relatos que los componen es preciso contar con dos elementos igualmente importantes: historia y teología, narración histórica y fe, hecho e
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