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56 FELIPE F. RAMOS tos tan sorprendentes como los que leemos a propósito de las «his­ torias» patriarcales, del Éxodo, en la vida de David e incluso en los Evangelios y en los Hechos de los Apóstoles. Lo importante era que el lector comprendiera el sentido que pretendía darse a la historia narrada y la razón o finalidad por la que era contada. c) Es u n a historia r eferid a a l p resen te. — La historia bíblica, la historia de la salvación, a diferencia de la historia universal o singu­ lar en sencido profano, no expone los hechos con vistas a la «histo­ ria en sí», sino siempre en su relación con el aquí y el ahora. Su referencia al presente cuestionaba el modo de narrar el pasado. d) Es u n a h isto ria s im b ó lic a . — Su único valor reside en la significación o en la finalidad a la que va destinada. Los tres hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, no son personas reales, sino personas simbólicas utilizadas para establecer la división tripartita de los pue­ blos 51. La IBI, en el párrafo que estamos comentando, rechaza la his­ toricidad estricta en materia de hechos históricos, defendida por los fundamentalistas, «porque incluye en tal categoría cuanto es referido o narrado con verbos en pretérito, sin la atención necesaria a la posibilidad de un sen tid o s im b ó lic o o fig u r a tiv o (el subrayado es mío). 6. PERFECCIÓN ORIGINAL DEL TEXTO BÍBLICO El párrafo 6.° de la L ectu ra fu n d am e n ta lis ta de la Biblia enu­ mera tres graves reservas o dificultades que se oponen a dicha lec­ tura. El texto lo dice así: El fundam en talism o tiene frecu en tem en te la tendencia a ignorar o negar los problemas que el texto bíblico presenta en la formu lación hebrea, aram ea o griega. Está frecuentemente liga­ do a una traducción determ inada, antigua o moderna. Omite igualmente considerar las «relecturas * de ciertos pasajes en el inte­ rior mismo de la Biblia. 51 H. A. M e rte n s, o . c ., 79 ss.

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