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FUNDAMENTALISIMO BÍBLICO 11 los alejan del sentido exacto de los textos bíblicos, así como de la plena aceptación de las consecuencias de la encarnación. La Palabra eterna se ha encarnado en una época precisa de la histo­ ria , en un medio social y cultural bien determinados. Quien desea comprenderla , debe buscarla humildemente a llí donde se ha hecho perceptible, aceptando la ayuda necesaria del saber humano. Para hablar a hombres y mujeres, desde el tiempo del Antiguo Testa­ mento, Dios utilizó todas las posibilidades del lenguaje humano; pero al mismo tiempo debió someter su palabi'a a todos los condi­ cionamientos de este lenguaje. El verdadero respeto por la Escritu­ ra inspirada exige que se cumplan los esfuerzos necesarios para que se pueda captar bien su sentido. No es posible , ciertamente, que cada cristiano haga personalmente las investigaciones de todo género que permiten comprender mejor los textos bíblicos. Esta tarea es confiada a los exégetas , responsables, en este sector, del bien de todos (IBI, p. 121. La edición que utilizamos es la publica­ da en la Colección «Documentos Vaticanos», de la Librería Editrice Vaticana). Es el primer tema recogido en la Conclusión: 21 líneas explíci­ tas de las 85 que componen la conclusión. En ellas se recogen los dos grandes principios básicos en torno a los cuales gira todo el Documento, que mencionamos más arriba, y contra los cuales peca gravemente el fundamentalismo bíblico. 2.°) La ponderación del método histórico-crítico. Sigue siendo el rey: Las investigaciones «diacrónicas» serán siempre indispensa­ bles a la exégesis. Cualquiera que sea su interés, los acercamientos «sincrónicos» no están en grado de reemplazarlos. Es la segunda conclusión. Para nuestro propósito interesa destacar la segunda parte de la misma: el método histórico-crítico «no puede pretender el monopolio. Debe tomar conciencia de sus límites y de los peligros que le amenazan». «Cuando no llega al estudio de la redacción, sino que se absorbe completamente en los problemas de fuentes y de estratificación de los textos, no cumple completamente su tarea exegética». La negación del monopolio y la afirmación de los límites es denunciada porque pueden hacer caer al método en cuestión en un fundamentalismo de tipo liberal, si se quiere, pero, en última ins­ tancia, en fundamentalismo.

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