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46 FELIPE F. RAMOS Esa f e en la au to rid ad no sólo es irracional, sino también antirra- cional»46. (El subrayado es mío). El estudio del lenguaje, con todas sus implicaciones y compli­ caciones, hoy es el a-b-c de la interpretación bíblica. El lenguaje es a la exégesis bíblica lo que la naturaleza humana al Logos encarna­ do. No sería legítimo negar sus limitaciones ni sus excelencias. De nuevo aducimos las palabras del Papa en el discurso previo al DPCB: «No puede descuidarse ningún aspecto del lenguaje. El pro­ greso reciente de las investigaciones lingüísticas, literarias y herme­ néuticas ha llevado a la exégesis bíblica a añadir al estudio de los géneros literarios otros puntos de vista (retórico, narrativo y estruc- turalista). Otras ciencias humanas, como la psicología y la sociolo­ gía, también han dado su contribución. A todo esto puede aplicar­ se la consigna que León XIII dio a los miembros de la Comisión Bíblica: “No consideren extraño a su campo de trabajo ninguno de los hallazgos de la investigación diligente de los modernos; por el contrario, estén atentos para poder adoptar sin demora todo lo útil que cada momento aporta a la exégesis bíblica” (V igilan tiae, EB, 140). El estudio de los condicionamientos humanos de la Pala­ bra de Dios debe proseguir con interés renovado incesantemente» (n. 8, p. 10). «La Divino A fflante Spiritu, como es sabido, recomendó espe­ cialmente a los exégetas el estudio de los géneros literarios utiliza­ dos en los libros sagrados, llegando a decir que el exégeta católico debe “convencerse de que no puede descuidar esta parte de su misión sin gran menoscabo de la exégesis católica” (EB, 560). Esta recomendación nace de la preocupación por comprender el sentido de los textos con la máxima exactitud y precisión y, por tanto, en su contexto cultural e histórico» (Discurso previo del Papa, n. 8, p. 9). Remitimos a otro párrafo sumamente interesante sobre este aspecto, que recogimos en 4.2 sobre la comparación entre la Pala­ bra consustancial de Dios que se hizo hombre semejante en todo... con las palabras de Dios expresadas en lenguas humanas, hechas semejantes en todo al lenguaje humano excepto en el error. 46 J. M oltm an , art. cit., 541-542; M. E. M arty , art. cit., 397.

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