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10 FELIPE F. RAMOS del Papa del Documento. La única justificación de dicho prefacio la vemos en la advertencia restrictiva del valor del mismo: «La Pontifi­ cia Comisión Bíblica no es, conforme a su nueva estructura después del Concilio Vaticano II, un órgano del Magisterio, sino una comi­ sión de especialistas que, como exégetas creyentes, y conscientes de su responsabilidad científica y eclesial, toman posición frente a problemas esenciales de la interpretación de la Escritura, apoyados por la confianza que en ellos deposita el Magisterio». Nos ha traído a la memoria la Nota Explicativa Previa que Pablo VI impuso a la constitución Lumen Gentium para «no poner en peligro la plenitud de potestad del Romano Pontífice». No seríamos sinceros si no dijé­ ramos que lo lamentamos de verdad. IMPORTANCIA DADA AL FUNDAMENTALISMO La IBI distingue entre los métodos de la exégesis bíblica: el his- tórico-crítico, el análisis retórico, narrativo y el semiótico; los diver­ sos acercam ientos a la Biblia: los basados en la tradición, en las ciencias humanas, y en los contextúales: el acercamiento liberacio- nista y el feminista, y la lectura fundam e ta lista . Ésta no pertenece ni a los métodos ni a los acercamientos. Es una lectura, la constata­ ción de un hecho del que no se puede prescindir. La distinción establecida en el Documento no debe llevarnos, sin embargo, a la conclusión de que el fundamentalismo carece de interés. Lo único que pretende es situarlo en el lugar adecuado. La importancia que el DPCB da al fundamentalismo la deducimos de la conclusión del mismo y del discurso previo del Papa. El desarro­ llo del significado del fundamentalismo lo haremos en el decálogo al que lo hemos sometido, teniendo en cuenta la presentación que el mismo Documento nos ofrece en otros tantos párrafos. En el estudio de la Conclusión del Documento distinguiremos dos aspectos: 1.°) La referencia explícita al fundamentalismo: Pre­ tendiendo reducir los exégetas al papel de traductores (o ignorando que traducir la Biblia es y a hacer obra de exégesis) y rehusando seguirlos más lejos en sus estudios, los fundamentalistas no se dan cuenta de que, por una muy loable preocupación de completa fid e ­ lidad a la Palabra de Dios, se lanzan en realidad por caminos que

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