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42 FELIPE F. RAMOS verbisque»: los hechos (históricos) o gestas (hazañas) divinas y las palabras que los interpretan. La relación estrecha entre hechos y palabras, como elementos constitutivos de la revelación divina, debe verse en la dimensión de una mutua interpretación y comple­ mento. El hecho divino se halla interpretado y como personalizado por la palabra de Dios. Interpretado porque la palabra explica el significado del hecho en cuanto divino. Personalizado porque, tam­ bién ante el hecho, el hombre se halla situado ante una decisión cuyo sentido último le descubrirá la palabra. Y viceversa: la auto- manifestación de Dios que se revela aparecerá como creadora por la palabra que acompaña al hecho. De estos dos elementos constitutivos de la revelación se deduce su carácter histórico y sacra­ mental. En la aceptación del carácter histórico de la revelación bíblica se juega el ser o no ser de la misma. Incluso el ser o no ser de la Iglesia. Remitimos a lo dicho sobre los excesos del modernismo, que consideró la revelación bíblica como una especie de experien­ cia interna con la que el hombre habría adquirido una conciencia de sus relaciones con Dios. 4.2. Lo DIVINO Y LO HUMANO EN LAS RELACIONES CON DlOS «El fundamentalismo rehúye la relación estrecha de lo divino y de lo humano en las relaciones con Dios». ¿Cómo debe ser entendi­ da esta conexión entre lo divino y lo humano? El discurso previo del Papa a la IBI alude a este tema de forma reiterada. Podemos, por tanto, considerarlo como punto de referencia para nuestra refle­ xión: «Ambas rechazan (la Providentissimus y la Divino Afflante Spi- ritu) la ruptura entre lo humano y lo divino, entre la investigación científica y la mirada de la fe, y entre el sentido literal y el sentido espiritual. Aparecen, por tanto, plenamente en armonía con el mis­ terio de la Encarnación» (n. 5, p. 7). «La Encíclica D ivino A fflan te Spiritu ha expresado el vínculo estrecho que une a los textos bíblicos inspirados con el misterio de la Encarnación, con las siguientes palabras: “Al igual que la Palabra sustancial de Dios se hizo semejante a los hombres en todo, excep-

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