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32 FELIPE F. RAMOS interpretó su propia historia como una historia de la liberación por Dios. Esta interpretación está incorporada a la Biblia»32. Escuchamos el eco de esas mismas afirmaciones en la descrip ción siguiente: «La Biblia no es solamente enunciación de verdades. Es un mensaje dotado de una función de comunicación en un con texto determinado, un mensaje que lleva consigo un dinamismo de argumentación y de estrategia retórica» (IBI, I, B, 1). Faltaba, pues, hace un siglo, una clara conciencia y una toma de consideración suficiente de la dimensión humana de la Palabra de Dios, que antes que nada y siempre es «palabra de hombres sobre Dios», recibida y aceptada por la comunidad como Palabra de Dios, es decir huella y matriz de la Palabra de Dios»33. Esta concepción de la Biblia sería el mejor antídoto contra el fundamentalismo. Claro que, para ello, debería ser aceptada por los fundamentalistas. Y ellos están muy lejos de lo que nosotros esta mos afirmando. 3 . 3 . S u b c o n sc ie n c ia psic o l ó g ic a El pluralismo bíblico lleva en su entraña múltiples resursos y manifestaciones diversas —incluso contradictorias, según nuestra mentalidad—, en orden a expresar tanto la revelación de Dios como la reacción del hombre ante ella. Una actitud contraria a la que se refleja en el fundamentalismo, que rechaza otras convicciones y acti tudes, incluso otros recursos que no coincidan con los suyos. Tene mos en el fondo mucha más psicología que teología y, por supuesto, que Biblia. El fundamentalismo exige una adhesión incondicionada a actitudes doctrinarias rígidas. Ello obedece a que es una conse cuencia de la alienación, de una pérdida de continuidad histórica. Tales experiencias producen una añoranza de seguridades, de ver dades «eternas», de una imagen del mundo perfectamente estable. A eso se une otra añoranza, la de los líderes perdidos, de aquellas figuras que nos enseñaban el sendero justo y que, por consiguiente, podían reclamar con todo derecho una subordinación total y abso- 32 H. A. M ertens , Manual de la Biblia, Herder, 1989, 34. 33 J. A surmendi , art.-nota cit., 77.
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