PS_NyG_1995v042n001p0007_0101
FUNDAMENTALISIMO BÍBLICO 31 do. «Para que pueda ser reconocido como sentido de un texto bíblico, el sentido espiritual debe presentar garantías de autentici dad. La simple inspiración subjetiva no basta» (Discurso del Papa, previo a la IBI, n. 3. 5). 3.2. L a in e r r a n c ia y la b ú s q u e d a d e la v e r d a d A primera vista ambas realidades se autoexcluyen. Estaríamos ante una paradoja. La inerrancia afirmaría el término de la búsque da de la verdad mientras que ésta la supone todavía de camino. «En una velada sobre la Biblia se dijo: “La ‘inerrancia’ de la Biblia con siste en que se corrige siempre a sí misma y, a través de su estudio, impulsa a avanzar”. Cada libro de la Biblia, cada ‘añadido’ es una crítica a la afirmación del conjunto»31. Las frases citadas son correctas, pero llamativas. Necesitan algu na explicación. En primer lugar, hoy no hablaríamos de «inerrancia«, sino de «verdad». Este cambio proyecta ya alguna luz sobre el subra yado del título anterior, que podía ser formulado de este modo: «La verdad busca la verdad». La búsqueda de la verdad está motivada por la verdad poseída como prenda y anticipación de un nivel más profundo de verdad. Y esta búsqueda sólo cesará en el encuentro con la Verdad suprema y última en la medida en que el ser huma no, limitado, pueda poseerla. En ese sentido, la verdad, lo mismo que la «inerrancia», se corrigen siempre, descubre sus limitaciones, acepta nuevos enriquecimientos, impulsa a avanzar. Lo nuevo, las nuevas percepciones y encuentros, relativizan, «critican» lo ya afir mado anteriormente. Y lo hacen con el respeto debido al pasado, al que reconocen sus aportaciones al par que certifican sus limita ciones. «Me pregunto — decía E. Schillebeeckx— cómo ha surgido la palabra de la Biblia. Unos hombres la han consignado por escrito. Dios no ha «hablado». Son los hombres los que hacen hablar a Dios, pero siempre con ocasión de unos acontecimientos concretos. La palabra de Dios es como una metáfora. Pero el pueblo de Israel 31 H. A. M ertens , Manual de la Biblia . Herder, 1989, 34.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz