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FUNDAMENTALISIMO BÍBLICO 25 en que sea una oportunidad para mejorar los propios intereses y un instrumento para alejar la amenaza a su integridad y a la autonomía del propio grupo 24. El fundamentalismo islámico se aferra al Corán, porque es la auténtica y pura revelación de Dios; su libro sagrado es la «Constitución» que regula la vida religiosa y civil del individuo y del pueblo. La imagen del Ayatolá Jomeini es una personificación bien ilustrativa del fundamentalismo islámico. 2.6. V ivencia personal de la problemática planteada Como ilustración práctica del fundamentalismo en sentido amplio queremos aportar nuestra experiencia personal. Entre los peligros del aperturismo, patrocinado por las posturas moderadamente modernistas, figuraba la «formación excesivamente “horizontalista” y filosóficamente ecléctica de los futuros sacerdotes en los seminarios que subsisten»25. Los que nos encontrábamos en la fase de formación sacerdotal por los años 40-50 no estuvimos expuestos a estos peligros. Frente al «horizontalismo» amenazante se nos impuso —no dudamos que con la mejor buena voluntad del mundo— un claro y único «verticalismo»; frente a una formación «filosóficamente ecléctica» se nos ofreció el mundo seguro de la p b i- losoph ia p erenn is para la construcción de un edificio teológico de cuño claramente tomista. En el campo bíblico ya había aparecido la encíclica Divino Afflante Spíritu, de Pío XII (30 de septiembre de 1943). Fue la encí­ clica liberadora del literalismo esclavizante y creadora de la nueva era de la exégesis católica. A nosotros nos llegó demasiado tarde. Los encargados de nuestra formación estaban excesivamente encas­ quillados en los esquemas anteriores. La consideraron muy novedo­ sa y fueron incapaces de descubrir todo su alcance. Así que seguían buscando argumentos contra Welhausen, que era el enemigo núme­ ro uno de la fe cristiana. (Hoy recurrimos a él con frecuencia, cuan­ do no nos resulta «conservador»). 24 J. N eusner , El reto del fundamentalismo judío contemporáneo, en el n. cita­ do de Concilium, 453-458. 25 Y. M a r c h a sso n , Integrismo . en o. c .. 862.

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