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380 ENRIQUE LLAMAS-MARTINEZ A partir de aquí, el olvido y la preterición de este autor se hacen inexcusa­ bles en la historia del escotismo. Con todo, podemos decir que J. de Consuegra sigue siendo un descono­ cido en la historia de nuestra teología. Esas leves referencias bibliográficas no aportan ni los más elementales datos biográficos. Por otra parte, tampo­ co han suscitado la curiosidad de los investigadores, para rescatar del olvido su figura y dar a conocer las líneas fundamentales de su doctrina escotista. Nos encontramos, pues, ante un autor en torno al cual nos vemos obli­ gados a realizar una labor inédita y de primera mano casi en su totalidad. Esperamos que esta contribución sea mejorada y superada por los trabajos de otros estudiosos e investigadores del escotismo en el siglo XVIII15. n . J u a n de C o n su e g r a . S em b l a n z a b io g r á f ic a 1. Datos cronológicos Es muy poco lo que conocemos de la vida de Juan de Consuegra. Como ocurre con otras figuras similares de su tiempo y de la centuria precedente, nuestro autor espera todavía una mano amiga, que dibuje su imagen biográfica y nos dé a conocer con detalle su amplia aportación a la filosofía y a la teología española. Del capuchino Pedro Trigoso —que vivió en la segunda mitad del siglo XVI— decía hace unos años Isaac Vázquez: su biografía está todavía en pañales 16. La de Juan de Consuegra no ha llegado aún a eso. Es una biografía inédita. Aventurando algunos datos, pienso que nació en la villa de Consuegra (Toledo), en el primer tercio del silgo XVIII, probablemente entre 1706- 1710. Cuando publicó su obra teológica (1778-1782), había desempeñado ya importantes cargos de gobierno dentro de la Orden, y en varias Institu­ ciones de carácter eclesiástico. Ello hace pensar que había superado ya la edad madura, en torno a los setenta años. 15. Debemos decir que Juan de Consuegra no ha conseguido aún el puesto que le corresponde en los estudios sobre la historia del escotismo en el siglo XVIII, y menos aún enla historia de la teología española. V. Sánchez Gil en su excelente estudio antes citado no le incluye entre los representantes escotístas de esa época (l. c., pp. 744-750). En mi estudio ya citado sobre Juan de Consuegra (ver nota 4) aporté algunos datos sobre él, intentando rescatarle del olvido. 16. I. VÁZQUEZ, «Pedro Trigoso (t 1593). Fuentes para una biografía documentada», en Antonianum, 61 (1986) 155.

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