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JUAN DE CONSUEGRA Y SU APORTACION AL ESCOTISMO ESPAÑOL 397 1.° —Carácter moderado: La obra que comentamos no acumula los exce­ sos de otros manuales de teología del tiempo, que incluyen en sus páginas y dan beligerancia a muchas cuestiones inútiles, o de poco o ningún valor para la formación teológica de los alumnos. Tampoco cae nuestro autor en el fallo del método pedagógico de otros contemporáneos suyos, que se dejaron llevar del exceso de escolasticismo, proponiendo hipótesis y escri­ biendo en ocasiones una teología de ficción. Consuegra intentó evitar a propósito esos defectos. Por eso, redactó un Curso «ab exuberantiis scholasticismi denundatus», como hemos recordado más arriba. Podríamos calificar esta característica como sencillez y simplicidad, que rima muy bien con el espíritu franciscano, tan vivo y pujante en nuestro autor. Inicialmente es un signo de moderación, y en última instancia de equilibrio doctrinal y metodológico. Podemos decir que esto se había convertido en una exigencia, o norma a tener en cuenta en aquel tiempo. La acusación de los enemigos del méto­ do escolástico se había hecho permanente y molesta, y era obligado tomar­ la en consideración y corregir el mal. Consuegra conectó perfectamente con ese espíritu de su época. Conocemos el criterio de V. de la Fuente y de otros historiadores a este respecto. Y más aún: algunos contemporáneos no disimularon sus quejas. El Premostratense Manuel Díaz, uno de los promotores de la refor­ ma de los estudios en la universidad de Valladolid (1770-1771), lanzaba esta acusación: que la enseñanza en las Escuelas teológicas estaba saturada de cuestiones inútiles, que era como estar disputando eternamente de lana caprina 50. Juan de Consuegra procede a lo largo de todas sus páginas conforme a las normas y exigencias que él mismo había establecido. De intento, y desde la primera página de su curso, ha evitado la superficialidad y las cuestiones inútiles, que no tienen presencia apenas en el mismo. Su explicación tampoco es prolija y farragosa. No es cansada y reitera­ tiva; antes por el contrario: es sobria y peca casi de parquedad. 50. Cf. G. Z a m o r a , «Jaque mate al Escotismo en la universidad de Valladolid», en «...Homo et Mundus», l. c., p. 461. El propósito de este y otros reformistas no era solo delatar un mal, o unos defectos, y ponerlos de relieve. Apuntaban también el remedio que ellos juzgaban más conveniente y eficaz. M. Diez pidió al Consejo que nombrara dos teólogos, que examinasen y purgasen la teología de santo Tomás de las cuestiones inútiles, que con el tiempo habían ido introduciendo los comentaristas en sus esquemas (A.H.N., Madrid, leg. 5483, f. 46).

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