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396 ENRIQUE LLAMAS-MARTINEZ dogmático-escolástica. Nuestro autor se excusó ante ese compromiso, debi­ do tal vez a su avanzada edad, y desconfiando de su capacidad para llevar a buen término esa magna obra. Pero, de nada le sirvieron sus excusas, y sus razonamientos en contra de la orden del Definitorio. Este le impuso sub praecepto lo mandado. El humilde religioso aceptó sin réplica, y cumplió digna y satisfactoriamente su cometido49. • La obra que comentamos está condicionada por unas circunstancias muy concretas. Es fruto de un acto de obediencia. El autor tuvo que ajus­ tarse, sin duda, a una normativa impuesta desde arriba. Tiene además una finalidad también particular: servir de libro de texto a los estudiantes de su Provincia religiosa, como se indica en la portada: ad usum juventutis... Este detalle lo recuerda el autor en muchas ocasiones a lo largo de sus páginas. Incluso introduce en su exposición algunos excursus o mantissa pro tyronibus. Como es natural, su estructura se ajusta a una metodología apropiada para el aprendizaje. Esta circunstancia determina también los límites y la amplitud de sus exposiciones, el contenido y la temática de cada tratado. A pesar de todo, no estamos ante un manual de carácter estrictamente domés­ tico. Tanto la estructura, como el estilo y el contenido, lo hacen un manual útil y apropiado para cualquier estudiante de la teología escolástica... La división general en tratados, la disposición interna de cada uno en disputas, cuestiones y conclusiones se acomodan a los gustos de las época. Destacan la claridad en la exposición y el orden lógico en el seguimiento de los temas; el equilibrio y la moderación en la explicación y en la selec­ ción de cuestiones, opiniones y teorías. 3.° Características del «Manual» de J. de Consuegra El manual de Juan de Consuegra tiene sus méritos y los pequeños defectos y limitaciones, impuestas por su finalidad concreta y por el am­ biente de la época. Considerado objetivamente y al margen de esas circuns­ tancias, pienso que son más los valores positivos, que las sombras que pueden oscurecer sus páginas. 49. El mismo nos da cuenta de estos detalles: «Haudquaquam haec veritas nota valde RR. ac sapientibus PP. Venerandi Definitorii nostrae S. Joseph Provinciae Minorum Discalceato- rum obtecta fuit. At, A t! ...Cursum concinnare pro riostra imbecillitate ad meliorem possibilem redactam formam non modo definiunt, verum etiam, non admissa excusatione nostra, sub prae­ cepto in casu imponendo munierunt. Utinam concinnandi operis dispositionem etiam illius con- cinne concomitaretur» (t. I, p. XI).

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