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nocimiento y su amistad. En 1782 ocupaba también un puesto en la Real Junta de la Inmaculada Concepción, que había creado Felipe III en 1616. Este nombramiento pudo ser igualmente un premio que el eminente Pur­ purado otorgó a su colaborador y consultor en las cuestiones teológicas y pastorales24. 6. Síntesis Es poco lo que sabemos, por el momento, de la vida de Juan de Con­ suegra. No conocemos en su mayor parte la cronología de las etapas y del desarrollo de sus actividades. Pero, pienso que los datos con que contamos son suficientes para dibujar su figura teológica, y hacer una interpretación adecuada de su obra. Dice justamente Isaac Vázquez, a propósito de Pedro Trigoso, en el estudio antes citado, que si se desconoce, o se conoce poco y mal al hombre y a su entorno, «a duras penas podremos presumir de interpretar bien sus ideas y de captar la razón profunda de las mismas. El pensamiento de un autor, máxime si se trata de su pensamiento teológico y espiritual, nace de las entretelas más profundas del ser humano e histórico del mismo autor, y se desarrolla al unísono de su aventura existencial; es, en una palabra, un capítulo más de su biografía... De ahí la necesidad de conocer al hombre para entender sus páginas»25. Sin restar valor ninguno a este juicio, creo que las pinceladas con que hemos delineado, aunque tenuamente, la figura de Juan de Consuegra pue­ den ser suficientes para conocer al hombre y vislumbrar la silueta de su dinamismo y de su actividad teológica, recortada en el entorno ambiental de su tiempo. Los rasgos que hemos dibujado son fundamentales, y sitúan a nuestro autor en el contexto histórico del siglo XVIII, por lo demás bastante conocido. Por otra parte, su obra es una abundante fuente de datos históricos y biográficos, que nos ayudan a conocer y a completar cuanto hemos expues­ to. La obra está ahí, como una aportación de datos, que pueden servir a futuros investigadores de clave de interpretación de la figura de su autor. JUAN DE CONSUEGRA Y SU APORTACION AL ESCOTISMO ESPAÑOL 385 24. Ver mi estudio antes citado, l. c., p. 179. En 1778 Carlos III había nombrado al arzobispo Lorenzana Presidente de la Real Junta de la Inmaculada Concepción, que escogió sin duda para formar parte de la misma a su teólogo de confianza, el franciscano y escotista Juan de Consuegra. 25. I. V ázq u ez , /. c., p. 156.

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