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384 ENRIQUE LLAMAS-MARTINEZ humore aqueo, aut partem vini accidentibus apparentibus denudatam, et chymi- ca adlaboratione immuntatam22. 5. Su amistad con el cardenal Loremana Juan de Consuegra residió durante muchos años en el convento francis cano descalzo de Toledo, del que fue superior, o Guardián. Fueron los más fecundos de su vida. Mantuvo una estrecha amistad personal con el gran arzobispo de la Sede Primada, más tarde cardenal Francisco Antonio Lorenzana y Butrón, que reunía en su persona los títulos más ilustres y prestigiosos de entonces: Primado de las Españas, Gran Canciller de Castilla, Caballero distinguido con la gran Cruz Real y Orden de Carlos III, Presidente de la Real Juan de la Inmaculada Concepción, Consejero del Reino... El Arzobispo mantuvo siempre una estrecha y religiosa relación — devo ción, la llama Consuegra— con los franciscanos descalzos, que se traducía en realidad en una amistad espiritual. Gustaba pasar periódicamente algu nos días de oración y retiro en sus conventos, ausente y alejado de preocu paciones de carácter político y diocesano. Precisamente, antes de ser con sagrado obispo hizo ejercicios espirituales en su convento de San Andrés de Arenas de San Pedro. Esta amistad de nuestro autor con el eminente Prelado tuvo una ratifi cación definitiva y casi solemne en la dedicatoria que le hizo de los tomos de su Cursus de teología, en la que se manifiesta deudor del amor y de los favores que su orden había recibido de la generosidad y munificencia de tan ilustre Mecenas23. Finalmente, sabemos que Juan de Consuegra fue examinador Sinodal de la archidiócesis de Toledo, nombrado probablemente de forma personal por el mismo Lorenzana, premiando así sus servicios y ratificando su reco- 22. Juan de CONSUEGRA, o. c., Tractatus De Sacramentis, disp. III, q. 3; t. III, pp. 143-144. 23. Francisco Antonio Lorenzana y butrón (1722-1804), el más ilustre de la familia de este apellido, nació en León. Estudió en el colegio de los Jesuítas de su ciudad natal, y con los Benedictinos de San Andrés de Espinareda (El Bierzo); en las universidades de Valladolid y de Avila, y en la de Salamanca, como alumno de los colegios del San Salvador y de Oviedo. Fue creado obispo de Palencia en 1765, de donde al año siguiente pasó a regir la diócesis de Méjico. En 27 de enero de 1772 fue promovido para la Primada de Toledo, donde desarrolló una gran labor científica, pastoral, espiritual y benéfica. Fue editor de los Sínodos mejicanos, de las fuentes de la liturgia mozárabe y de los concilios de Toledo. Fue creado Cardenal el 30 de marzo de 1789. Murió en Roma el 17 de abril de 1804. Sobre su biografía, hasta su entrada en Toledo, ver: L. SIERRA N a v a -L a sa , «El Cardenal Lorenzana y la Ilustración», Madrid, Fundación Universitaria Española, 1975, 355 pp.
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