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EL MENSAJE SOCIAL DEL BEATO JUAN DUNS ESCOTO 365 orden en el amor. Es el principio del «amor ordenado» (que Escoto aplica­ rá también con éxito teológico al analizar el motivo de la Encarnación). Y este principio del «amor ordenado» es tan sencillo como decir que la «af- fectio iustitiae» (el amor justo) tiene que orientar y condicionar la «affectio commodi» (el amor inferior o más limitado). Cuando se hace al revés, es decir, se condiciona el amor de Dios o de sus creaturas a las ventajas que puedan reportarnos, nos convertimos en algo que no somos: el centro del mundo y el ser absoluto; y nos descalabramos bajo un peso para el que no estamos hechos. Sería un error pensar que todo esto son alucubraciones abstractas sin aplicación real. Equivaldría a relegar a la utopía la exigencia evangélica de dejar todo para seguir a Cristo, amarlo más que a las propias cosas, más que a la propia vida, amar como Cristo hasta la muerte. La doctrina de Escoto acerca del «amor ordenado», como toda su teología, es eminente­ mente evangélica y eminentemente práctica. La nobleza y la superioridad de la «affectio iustitiae» se sigue de su capacidad reguladora y moderado­ ra 6. Sin la «affectio iustitiae» la voluntad no tendría posibilidad de ser contenida o refrenada7. Es, por tanto, conforme a la naturaleza de la vo­ luntad el que deseemos nuestra perfección; pero este deseo deberá mani­ festarse en segundo lugar: porque dentro del orden objetivo del universo, nosotros, hombres, no somos el bien mayor. Esta es la humildad de la verdad, por lo que Escoto afirma que «los buenos, aunque no pudieron ni quisieron no amar la propia felicidad deseándola con amor de concupiscen­ cia (affectio commodi), sin embargo no la antepusieron al amor de Dios como bien en sí mismo, sino que la pospusieron a este amor8. 6. «Nobilior autem secundum rationem est affectio iustitiae affectione commodi, quia regulatrix eius et moderatrix secundum Anselmum, et propria voluntati in quantum libera est, cum affectio commodi esset eius, etiamsi voluntas libera non esset». Ord. IV, d. 49, q. 5, n. 3; XXI 173a. (La indicación final en las citas de Escoto corresponde el volumen y página de las obras de la edición de Vives, París 1892-1895. La edición crítica Vaticana (Vat) se indica expresamente. 7. «Quando ergo accipitur, quod voluntas consona voluntati naturali semper est recta, quia et illa semper est recta; respondeo et dico, quod si consonat sibi in eliciendo actum (sicut illa eliceret si ex se sola ageret) non est recta, quia habet aliam regulam in agendo, quam illa non haberet si ex se sola ageret; tenetur enim sequi voluntatem superiorem in moderando illam inclinationem naturalem, ex quo in potestate eius est moderari, vel non moderari, quia in potestate eius est non summe agere, vel non tantum quantum potest». Ord. II, d. 6, q. 2 n. 10; XII 355b. 8. «Et cum dicitur, commodum non velle nequit; respondeo, boni nec potuerunt, nec voluerunt nolle sibi beatitudinem, etiam sibi concupiscendo; sed illam non voluerunt plus sibi, quam Deo bene esse in se, sed minus, quia illud velle ita potuerunt moderari per liberta- tem». Ibid. n. 12; XII, 356ab.

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