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EL MENSAJE SOCIAL DEL BEATO JUAN DUNS ESCOTO 361 política frente a regímenes totalitarios de cualquier signo»3. Lo mismo las octavillas mendicantes, como las distribuidas en Denver durante las jorna­ das mundiales de la Juventud por un grupo de jóvenes libaneses, abogando por un mundo de vida en plenitud donde el amor, la libertad, la justicia, la autenticidad y la trasparencia en la verdad fueran los principios eficaz­ mente rectores de nuestro mundo. «Líbano Message» se titulaba esa voz de una nación tan despiadadamente machacada por la confluencia de odios y egoísmos extranjeros, aprovechando las disensiones internas, en que todos seguramente buscan «apasionadamente» «justicia, paz y libertad». Pero ¿de qué modo y para qué? Algo importante falla en la humanidad y no basta constatarlo con la­ mentos, como el lanzado al mundo en el verano de 1993 por un grupo internacional de científicos reunidos en Érice (Sicilia) y del que se hizo eco la prensa. La idea del comunicado era que la ciencia sola es impotente para imponer una cultura de paz entre los hombre, cuando los gobiernos siguen inviniendo en la fabricación y en la inventiva de nuevos armamentos cada vez más destructores. Pienso que no es inútil esta introducción, un tanto prolija, para escu­ char luego el pensamiento de Escoto. Pero estimo oportuno salir todavía al paso de una posible perplejidad lo mismo del lector ingenuo o malicioso que del honrado y culto: ¿Tiene realmente validez significativa para el mundo de hoy la invocación de un personaje medieval que, al parecer, sólo se ocupó en cavilar sobre cuestiones sutiles ajenas ya a las preocupa­ ciones de nuestro tiempo? La respuesta ha de comenzar por dejar claro un supuesto difícilmente discutible para quienes sinceramente se lamentan y de verdad añoran soluciones eficaces a los problemas humanos. Y es que soluciones de fondo y a gran escala solamente son posibles si están respal­ dadas por una idea motriz. Valga, como ejemplo de este sentimiento, el testimonio del periodista italiano Scalfari director del cotidiano romano «La República». Este señor Scalfari, en una especie de elegía frente a la sociedad actual escribía no hace muchos meses: Todos los valores morales se encuentran en crisis. No sólo el comunismo y el socialismo, también la autodeterminación, el liberalismo, la autonomía de la conciencia, el impe­ rio de la mayoría: todo se resiente, todo está confuso. La gente se encuen­ tran perpleja, los individuos están atemorizados e inciertos, hay nostalgia 3. M. VIDAL, L ’etica cristiana, Roma 1992, p. 570.

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