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322 ALEJANDRO VILLALMONTE como omnipresente y omnicomprensiva a lo largo y ancho de toda la teolo­ gía cristiana que puede y debe cultivarse en nuestro tiempo3. Incluso a nivel de la enseñanza oficial y oficializada de la Iglesia, en esta segunda mitad del siglo XX, no se oculta el interés por desarrollar la vertiente antropológica del Mensaje evangélico. Si bien la tarea de investi­ gar el «misterio del hombre» se realiza siempre desde el misterio de Cristo y del Padre4. b) Giro dentro del giro. A penas el llamado ‘giro antropocéntrico’ había dado sus primeros pasos y logrado sus primeros éxitos a nivel teórico-espe- culativo, cuando —a impulso de la marcha acelerada del progreso moder­ no— , hubo de imponerse a sí propio un nuevo y doble «giro dentro del giro». Ocurre, en primer lugar, un desplazamiento desde la teoría y espe­ culación hacia la práctica y la acción concreta: desde la ortodoxia hacia la ortopraxis referidas, primordialmente, al tratamiento dado a los problemas del hombre. El paso éste se dio bajo el impulso de la filosofía y de la cultura moderna en general. El empirismo y pragmatismo de esta filosofía podría verse culminando en el conocido apotegma y consigna de K. Marx: hasta ahora la filosofía se ha detenido y entretenido en la contemplación de la realidad. La tarea de la filosofía del futuro ha de consistir en transformar la realidad por medio de la praxis. Numerosos teólogos, en su esfuerzo de inculturación y aculturación del Mensaje evangélico, no tuvieron inconveniente en dejarse influir por esta «señal de los tiempos», y han releído los textos teológicos desde las exigencias fundamentales de una ortopraxis transformadora del hombre, de la Comunidad eclesial y de la sociedad entera. La ortopraxis se torna, explícita y temáticamente, en un valor más apreciable que la ortodoxia por la que lucharon — apasionados y violentos a veces— nuestros padres en la fe. 3. Baste recordar, para el caso, la obra de I. ELLACURlA y J. SOBRINO (dirs.), Mysterium Liberationis. Conceptos Fundamentales de la Teología de la Liberación, Madrid, ed. Trotta 1990. Como promete el título los conceptos básicos y más manejados de la teología católica actual son reconsiderados y redimensionados según las exigencias de la metodología y el enfoque peculiar de esta dirección teológica. Dentro del «giro antropocéntrico» que nos sirve de referencia, tenemos continuamente a la vista y mencionamos la «Teología Política» y a la Teología de la Liberación como magnitu­ des homolagables, aunque no idénticas. Y ambas también como la más significada manifesta­ ción de la hodierna «inversión antropológica» dentro de la teología católica. Pero no es necesario que entremos en concretos juicios de valor sobre la misma. Valoramos positivamen­ te su intención radical y eso nos basta ahora. 4. La constitución «Gaudium et Spes» del Vaticano II ha de considerarse como la más nueva y singular. Toda ella está vertida hacia problemas del hombre —individuo y comuni­ dad— inmerso en todos avatares de la historia. Es, por ello, destacadamente antropocéntrica. Ella ha propiciado —desde la mesura y la elevación que le compete— el giro antropocéntrico en la teología y en la pastoral de los católicos. Las llamadas «Encíclicas Sociales», han ido avanzando en esta dirección, con sus enseñanzas, tan incisivas y concretas, al hablar de los problemas humanos.

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