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EL GIRO ANTROPOCENTRICO DE LA TEOLOGIA ACTUAL 355 tra empeñado. Así se llegó al lema que hemos podido estudiar en páginas anteriores: Mística y Política. Una especie de utopía de nuevo cuño en que se quiere que el «místico» (todo creyente que viva en profundidad su fe) se torne un «político»: un hombre comprometido en el establecimiento del Reino de Dios aquí y ahora, en las condiciones históricas del mundo (saeculum). Se estima que sólo entonces el Mensaje evangélico está de verdad encarnado en la historia, y la historia ha sido asumida y elevada por el Evangelio. 5. En este momento es cuando el desafío dirigido a Duns Escoto por la teología actual se torna más incisivo y vivaz, ¿qué es lo que Duns Escoto puede/debe dar y qué es lo que puede, debe recibir en este proceso de encarnación de su legado doctrinal en el mundo teológico-cultural en que vivimos? Dar y recibir es la ley primera de la encarnación. El Hijo de Dios recibió la humanidad y nos donó su divinidad, como dice la Liturgia y la Tradición cristiana. 6. Lo que Duns Escoto aporta es la metafísica y la mística de la praxis caritativa que quiere realizar la liberación del hombre en su integridad. Esta metafísica y mística de la praxis cristiana consiste en presentarla como amor de liberalidad, de gratuidad y generosidad, del perfecto desinterés. Lo cual acontece cuando se nos sugiere la utopía de servir a la causa del Reino de Dios en el mundo «etsi caelum non daretur»: en Total y Absoluto desprendimiento de sí, por puro amor a Dios como es en sí infinitivamente amable. No porque sea un bien de «conveniente» (bonum commodi) para nosotros. Con esta propuesta Escoto nos da la base al mismo tiempo «razo nable, metafísica y mística para pensar en la utopía franciscana de la frater nidad universal»*5. 7. Pero la metafísica y mística de la praxis, tan bien expuesta por Duns Escoto, debe dejarse fertilizar por el aporte que la «política» quiere ofre cerle. Debe bajar desde las alturas de la metafísica a la prosa de la física y de la experiencia cotidiana. La teología metafísica necesita de la mediación de los varios saberes humanos. Los teólogos clásicos decían que la filosofía 45. La fe que lucha con denuedo por la pura ortodoxia a penas ha superado, en varias ocasiones, la tentación de convertir sus contenidos en ‘ideología’ al servicio de intereses menos limpios de egoísmo. La esperanza , al fijar con excesiva intensidad, la mira en el lejano bien escatológico y celeste, pudo ser tachada de infidelidad a la tierra y al hombre que en ella vive y malvive. Soto el amor es digno de fe (Urs. V. Balthasar). La ética/religiosidad del amor de liberalidad y del desinterés no es falsificable, como se ve en la parábola del buen Samaritano. La utopía cristiana de la fraternidad universal , al menos en su versión sanfranciscana, tiene como basamento la metafísica y mística de la caridad, como cifra del desinterés absoluto, tal como lo propone el teólogo Duns Escoto. Cfr. algunas observaciones al respecto en A. Vl- LLALMONTE, Contribución de la teología franciscana , cit. en nota 2, pp. 739-755.
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