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EL GIRO ANTROPOCENTRICO DE LA TEOLOGIA ACTUAL 329 Algunas precisiones sobre el teocentrismo teológico de Duns Escoto En vitas a un diálogo entre el actual antropocentrismo teológico y el teocentrismo que Escoto exige para la ciencia sagrada se hacen inevitables algunas matizaciones. Cuando Escoto propone a Dios bajo la razón de deidad como sujeto primero, objeto formal de la ciencia sagrada —el que la distingue de cual­ quier otro saber— está utilizando un terminología y, en el fondo, una epistemología distinta de la nuestra, cuando hablamos de teocentrismo, cristocentrismo, antropocentrismo de la ciencia sagrada. El Doctor Sutil, como toda la escolástica clásica, desconoce esta terminología. Cuando habla de la necesidad de poner a Dios como es en sí como sujeto de la teología, lo hace para salvar el carácter científico de la sagrada doctrina. Pero la «ciencia» en la que tiene puesta la vista Duns Escoto, como todos los teólogos/filósofos de su época, es la «episteme» aristotélica. Sólo a este nivel el discurso cristiano sobre Dios y las cosas divinas podría competir con el más noble de los saberes humanos: la filosofía/metafísica. Desde los principios epistemológicos vigentes en la época no hay otra alternativa: la teología sólo será ciencia suprema (metafísica sobrenatural) si estudia cual­ quier realidad de la que se ocupe bajo la razón de deidad (sub ratione deitatis). Cuando esta ciencia hable del cosmos, del hombre y su historia, del Hombre-Dios, de la Iglesia en todo momento tal discurso logrará la categoría de teológico si lo articula desde Dios, en Dios, para Dios: en primera y, última instancia, para profundizar en el misterio intensivamente infinito del Ser divino. Cuando el teólogo actual habla de teocentrismo-cristocentrismo-antro- pocentrismo de la ciencia sagrada deja de lado la epistemología artistotéli- co-escolástica y habla del objeto/sujeto de la teología desde otra perspecti­ va, con otra finalidad inmediata. No se interesa por una delimitación/defi- nición esencial/formal, abstracta de la ciencia sagrada. Se interesa más bien por una definición descriptiva, funcional. En ella los diversos objetos/ realidades teológicas son ordenados, interrelacionados en vistas a una de­ terminada finalidad concreta, según la importancia que tengan dentro de un seleccionado campo de interés. Se fija en la importancia práctica que tengan los varios «objetos materiales» para la finalidad que el teólogo o la Comunidad tenga en esta o la otra circunstancia histórica, universal y grupal. Para aclarar en este punto, tanto en el pensamiento de la teología actual como el de Duns Escoto, me parece pertinente tener a la vista las siguientes observaciones:

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