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328 ALEJANDRO VILLALMONTE (en su talidad), en su heccedidad como tal esencia (-ut haec essentia). Sin duda que la ‘sagrada doctrina’ nos habla de las creaturas y especialmente del hombre, incluso con abundancia, pero no hará un discurso propiamen­ te teológico sino habla de ellas bajo la razón de deidad n. Una muestra de la operatividad de esta «razón de deidad» en la consideración de las cosas y acontecimientos creados lo ofrece Escoto en un ejemplo, sin duda atractivo para muchos estudiosos y lectores actuales de teología. Recordando el acontecimiento del E xodo , la liberación de Egipto —texto fundante en la Teolo­ gía de la Liberación— dice Escoto que tal evento histórico pertenece a la teolo­ gía porque Moisés hace a Dios sujeto de esta historia: Dios que libera misericor­ diosamente a los hebreos oprimidos, dispone sabiamente el modo de su libera­ ción, con la finalidad (salvadora) de que el pueblo reciba agradecido la ley. Diríamos, con toda razón, que el hecho se narra bajo la razón de deidad sub ratione deitatis. En cambio el historiador egipcio propondría al reino, al rey o al pueblo como sujeto del acontecimiento. Se preocuparía de lo que su gente hizo, no de la gesta de D ios12. Como consecuencia de su decidido teocentrismo teológico, valga la redundancia, Duns Escoto desaprueba, en forma expresa y detenida, el intento de R. Grosseteste y de san Buenaventura —doctores muy estima­ dos por él— por introducir dentro del objeto propio y formal de la ciencia sagrada, a Cristo , realidad divino-humana y al Cuerpo Místico de Cristo. Claro es que son objetos de la teología, pero en cuanto se les estudia bajo la razón formal de su referencia a Dios13. 11. Escoto trata largamente el tema del sujeto de la teología en Ordin I, pról. p. III, 1. 1-3; ed. Vaticana I, nn. 124-207. Ed. española citada en nota 7, pp. 104-159. S. TOMÁS, en Summa Theologiae I, q. 1, art. 7. Comentando el cual dice CAYETANO, «exbonitate doctrinae penetra quid importet “in quantum Deus”, ex declaratione Scoti in hac quaestione». Y expli­ ca que la fórmula «Deus sub ratione Deitatis», «sub ratione suae propriae Deitatis», es el sujeto de la teología. Para san Buenaventura la ciencia sagrada es verdadera «teología» porque, siguiendo a la Escritura, es «de Dios, sobre Dios, según Dios y para Dios»: así razona el su Breviloquium , tan intensamente teocéntrico en su desarrollo, Brev. pról. VI, Opera V, 208b. 12. El texto íntegro es algo largo. Puede verse en ob. cit.\ I, nr. 182. En la ed. española d éla BAC, p. 140-142. 13. Si bien Duns Escoto trata el tema con gran atención y morosidad, no acepta la propuesta del «señor Lincomiense»: el Obispo R. Grosseteste y de san Buenaventura, cuyo teocentrismo ya hemos mencionado. Ulterior precisión en A. VlLLALMONTE, «Orientación cristocéntrica en la Teología de san Buenaventura», en Estud. Franciscanos 59 (1958) 321-372. I d ., «Problemas en torno al Cristocentrismo teológico», en Verdad y Vida 19 (1961) 113-129. Parece que no hay diferencia de fondo entre estos doctores: existe diversa impostación de la cuestión, diversa epistemología y distinta finalidad inmediata al discutir el problema, según indico en el cuerpo del artículo.

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