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DUNS ESCOTO EN LA INTERPRETACION DE M. HEIDEGGER 305 Esto sucede tanto en el lenguaje corriente como en el científico. Algunos autores, como Bergson y Rickert han insistido en los límites del lenguaje para expresar todo el significado, sobre todo en sus matices. Según esto, los significados encerrarían en sí un contenido de forma, que hace posible esta función del lenguaje. Todo conocimiento, todo juicio se construye con significados, que son parte del mismo. Como en el juicio se da la verdad, el hilo conductor para conocer el significado será precisa­ mente la verdad como sentido válido (304-307). Heidegger se pregunta en qué medida conoce Escoto estos problemas y qué solución les da. Ya hemos visto que Escoto distingue claramente la forma sensible de la palabra del contenido no sensible o del significado de la misma. Esto mismo era indicado con la expresión: vox repraesentatur sensui, aliud derelinquens intellectui. Según esto al significado le correspon­ de un acto propio de la conciencia, del intelecto, que va más allá de la voz. Este acto consiste en lo siguiente: «Intellectus duplicem rationem ei (voci) tribuit, scilicet rationem significandi, quae vocatur significatio, per quam affi- citur signum vel significans, et sic formaliter est dictio; et rationem consignifi- candi, quae vocatur modus significandi activus, per quam vox significans fit consignum vel consignificans et sic formaliter est pars orationis» (307-308). Primero la palabra adquiere un significado en general mediante el acto de conciencia. La palabra se convierte en expresión, significa alto. Escoto no cree que este significado haya que entenderlo en el sentido de una psicología sensualista, como si no fuera más que una imagen del objeto pensado propia de la fantasía. Los significados no son realidades psíquicas, sino contenidos intencionales, como realizaciones de actos intencionales. Pero la conciencia no puede darles un significado «en general», sino uno concreto. De hecho la gramática distingue: sustantivos, adjetivos, verbos, etc. Esto sería el modus significandi . Escoto distingue un modus activus , o realización de la conciencia, y un modus passivus o resultado del acto. Son dos aspectos, subjetivo y objetivo del significado. Heidegger hace notar que a esto corresponden en la fenomenología la nóesis y el nóema (309-310). La siguiente pregunta es de dónde procede la diversidad de modi signi­ ficandi. Una primera respuesta es que el intelecto en esto es determinado por algo, por una materia, a la cual se unirá la forma dada por el intelecto. Pero aquí Escoto se plantea una objeción. Hay términos como «deidad», o términos privativos como «ceguera», o términos como «quimera», a los que no corresponde una materia. Escoto responde que la forma puede ser determinada también de otras maneras que no sean una materia, con tal que no haya contradicción con el material al que ha de unirse la forma.

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