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304 MODESTO BERCIANO ¿Qué clase de signo es la palabra? Es ante todo un signo sensible (acústico y visual). Acerca de su relación con el significado y con el modo de indicarlo, dice Escoto: Vox einm est signum et signum se offert sensui , aliud derelinquens intellectui. Comenta Heidegger: Como dice Husserl, «necesita del acto que le proporcione significado». Mediante él se le da algo a la palabra: intellectus rationem voci tribuit. Mediante esto se hace expresión (dictio). Parece claro que Escoto no entiende los actos que dan significado como simples realidades psíquicas; en ellos se da también un contenido (299-300). El significado está ligado al acto psíquico, aunque no se reduzca a él. Además, el significado tiende hacia un objeto. Pero Escoto dice que el significado no está ligado a la existencia real del objeto. Al significado le es totalmente ajeno que el objeto al cual se refiere exista o no. Por ejem­ plo, el significado de árbol contiene únicamente lo que es un árbol; no dice que exista o no. El mundo de los significados es un ámbito autóno­ mo (301). 3. La doctrina real del significado El mundo de los significados se ha mostrado como un ámbito autóno­ mo. Pero no se ha hablado de su relación con el resto ni se ha explicado su estructura. Heidegger, siguiendo la parte general de la Gramática especu­ lativa de Escoto, va a ver ahora qué cuestiones plantea este ámbito, si justifican la existencia de una disciplina especial, en qué medida tiene que ocuparse del lenguaje la filosofía y qué relación tiene la doctrina del signi­ ficado con la lógica (303). Heidegger comienza diciendo que uno no se puede limitar a plantearse la pregunta por el origen del lenguaje y por su desarrollo, la pregunta genética. Estos estudios del lenguaje, tan frecuentes, son del todo insufi­ cientes. Pero además de estas preguntas se pueden plantear las siguientes: ¿Qué tiene que llevar a cabo el lenguaje? Hay un comprender teleológico. Desde el punto de vista de la lógica no es éste el término final del conoci­ miento de un objeto; pero sí constituye, mucho más que la explicación genética, el camino para su verdadero origen. El lenguaje es perfecto si es capaz de despertar en la conciencia del que oye y comprende el sentido completo de lo que uno dice. Esto significa que el contenido del lenguaje tiene un significado primordial, al cual tienden la expresión y la comunicación. Las palabras no son meros signos que podría producir también un ave adiestrada. El que usa una palabra lo hace gene­ ralmente llenándola de significado y como conocedor de ese significado.

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