PS_NyG_1994v041n002p0297_0317

DUNS ESCOTO EN LA INTERPRETACION DE M. HEIDEGGER 315 descubre toda la plenitud de sus realizaciones, esto es, su historia... La historia y su significado filosófico-cultural-teleológico ha de ser un ele­ mento determinante del significado para el problema de las categorías...» (407-408). Que Escoto tenga una fundamentación metafísica, parece evidente. Pero Heidegger cree que la visión medieval del mundo es insuficiente y que hasta hoy se deja «echar de menos la fundamentación propia concep­ tual, filosófico-cultural que puede dar claridad, seguridad y unidad a la totalidad» (408). Esta y otras afirmaciones sucesivas de Heidegger acerca del alcance de la metafísica medieval y escotista en este sentido son, sin duda, discutibles. No vamos a entrar en ello. Lo que sí queremos poner de relieve es que siente la necesidad de considerar la lógica, la gramática y el lenguaje en general dentro de la metafísica. Precisamente por esto, Heidegger cree que toda esta problemática debe entrar en diálogo con el sistema de Hegel, que según él daría mayor razón del espíritu vital e histórico, en el que se dan lógica, categorías y lenguaje. «La filosofía del espíritu vital..., del amor pleno, de la intimidad reverente con Dios, cuyas líneas directivas más generales sólo podían ser indicadas; particularmente una doctrina de las categorías, derivada de sus tendencias fundamentales, tiene ante sí la gran tarea de una discusión de principios con el sistema más vigoroso en plenitud y profundidad, en riqueza de expe­ riencias vitales y en construcción conceptual, de una visión histórica del mundo; con un sistema que como tal ha recapitulado en sí todos los proble­ mas filosóficos fundamentales precedentes, con Hegel» (411). 6. Conclusiones Acerca de la interpretación que Heidegger hace de Escoto, no pode­ mos decir mucho. Un juicio ponderado acerca de la misma exigiría un buen conocimiento de Escoto, sobre todo si se tienen en cuenta no sólo la grandiosidad y complejidad de su sistema, sino también las precisiones y los matices, en los que es insuperable el «Doctor subtilis». Parece claro que Heidegger aprecia la obra del filósofo escolástico. Unas veces lo manifiesta expresamente; otras lo confirma estableciendo paralelismos con Husserl o con Rickert, quienes tenían por entonces un gran peso para Heidegger. Heidegger ve en Escoto a un precursor, que adelantó el planteamiento de problemas que llegaron mucho más tarde. En general, y como Heidegger hace notar al principio, lee a Escoto desde perspectivas fenomenológicas y con preocupaciones antipsicolo- gistas. Heidegger pone de relieve el valor objetivo de lo lógico, frente al

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz