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3 12 MODESTO BERCIANO significado) aprehendida en la ‘ideación’». Esto se indica mediante el nom­ bre común (349-351). Pero estas esencias generales, por importantes que sean, no contienen toda la realidad. Sobre todo no contienen lo que hace de la realidad empí­ rica una multiplicidad de objetos particulares. Como dice Escoto: tota enti- tas singularis non continetur sub universali. Eso quiere decir que a los con­ ceptos universales hay que añadirles nuevos momentos de significados. Lo individual como tal contiene un «más». «Al modo de conocimiento en la singularidad le corresponde una función de significado, el modus significan- di per modum appropriati (351-353). Estos dos modos son a su vez géneros con respecto a nuevos modos y a nuevas diferenciaciones dentro de ellos. Ante todo, la función del modo general de significado se ha caracterizado como: significar un obje­ to en general como objeto. Aquí no se dice nada de los objetos singulares. Hay que volver sobre ellos y verlos como el fundamento y la realización de la esencia general. En el modo común no se considera esta esencia general como tal; lo que se considera es la función de referirse a los objetos singulares. En segundo lugar, en el modus communis se prescinde de la estructura de contenido de los objetos. Ahora bien, todo objeto es «este objeto». Y al considerar el contenido hay que distinguir la esencia en sí y las determinaciones que la acompañan. Escoto habla de un modum p er se stantis. Escoto dice que est proprietas essentiae determinatae. Y habla también de un modus adjacentis , con el cual llegamos a la forma del adjetivo (353-357). Escoto aplica también esta doctrina del significado a los casos. La esen­ cia de la forma de significatividad del nombre significa un objeto como objeto. Los modos accidentales del caso reflejan las propiedades particula­ res del objeto, que están en determinadas relaciones entre sí. Las formas accidentales de significado de las cosas reciben su significado de la acción del pensar que distingue y establece comparaciones. Esta basta para distin­ guir los seis casos, aunque no agote la característica de estas formas. El contenido del caso «nominativo» consiste en que el nombre indica que el objeto en su identidad es aún otra cosa. Así: «Sócrates ama» indica a Sócrates como principio de una determinación: amar. En su identidad, Sócrates es aún otra cosa que le sobreviene. La forma del genitivo da al significado la propiedad de ser principio o término de una relación. Así en Socratis interest , Sócrates es principio; en Socratis misereor , es término de una relación. Algo semejante sucede en Socratis filius. El acusativo le da al significado el sentido como punto de finalidad, en el cual un acto llega a realización, etc. (369-372).

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