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276 CEFERINO MARTINEZ SANTAMARIA 1. El horizonte de la filosofía clásica El griego contempla el mundo como algo que cambia, que varía. El horizonte de la filosofía griega es el cambio, el movimiento, la «movili­ dad» l. El cristiano, en cambio, gira en torno a la «totalidad que no es». El mundo pudo no haber existido, ni ser lo que es, ni como es. El pensador griego, pues, filosofa desde el ser. El pensador cristiano filosofa desde la nada. Es el cambio de «horizonte»2 . El horizonte cristiano es el horizonte de la «nihilidad». Dios es el principio radical de todas las cosas que son, en tanto que son. Estas son como si no fueran, son una nada, porque en sí mismas son nada. Dios es la infinitud de realidad, «realidad infinita», en cierto modo lo es todo. Las cosas, pues, salen de la nada por la creación. De ahí que, para el pensador cristiano, creación es «producción» desde la nada y ser es «ser creado». Dios es una mediación para llegar a las cosas. Para Zubiri, la filosofía griega ha nacido desde las cosas, mientras que la filosofía cristiana y la moderna nunca han vivido en sí mismas. Han construido una metafísica del ser creatum qua creatum , razón por la que han sido teológicas. Es una filosofía «que no ha nacido ni vivido desde sí misma» en contacto directo, inmediato con las cosas, sino «con la mirada fija en el ente infinito»3. El horizonte cristiano de la nihilidad abarca desde san Agustín a Hegel4. El concepto cristiano de creación ha tenido hondas repercusiones filo­ sóficas. Zubiri, pues, comienza deslindando el campo de la teología y el campo de la filosofía. Considera la creación —y recurre a Escoto— como una verdad de fe, no accesible a la razón independientemente de la revela­ ción5; no perteneciente, por tanto, a la estructura interna de ninguna filo­ sofía. La «mostración» de la existencia de Dios no es, pues, ni puede ser una prueba de la creación. Contempla la «nada» como una expresión vul­ gar con la que simplemente se señala que, antes de la creación, no existe material alguno previo, que posteriormente Dios modelaría. Pero esto no 1. Cf. Xavier ZUBIRI, Cinco lecciones de filosofía (Ed. Moneda y Crédito, Madrid 1970), pp. 11, 110-111. 2. X . Z ubiri , «Sobre el problema de la filosofía», en Revista de Occidente 188 (1933) 90-91. Cf. Jesús SÁEZ CRUZ, «La distinción entre mundanidad, mundo y cosmos en X. Zubi­ ri», en Cuadernos Salmantinos de Filosofía XIX (1992) 316ss. 3. X. ZUBIRI, «Sobre el problema de la filosofía», en Revista de Occidente 188 (1933) 117. Cf. Germán MARQUlNEZ ARGOTE, «Trayectoria filosófica de X. Zubiri», en Francisca- naum 26 (1984) 88. 4. X. X ubiri , ibid. , 116-117; Naturaleza, Historia, Dios (Madrid, Editora Nacional, 5.a ed. 1963) pp. 229ss. 5. Cf. X. Z ubiri , El hombre y Dios (Alianza Editorial. Sociedad de Estudios y Publicacio­ nes, Madrid 1984) p. 153. En adelante citaremos con las siglas HD.

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