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CRITICA DE XAVIER ZUBIRI 285 que Zubiri haya tendido progresivamente a ir suplantando la causalidad por la funcionalidad de lo real en cuanto real. Entra dentro del proceso general de su evolución filosófica, del que pretendemos descubrir las propiedades básicas de algunas de sus líneas maestras. Partiendo del mero hecho del «más» presente en el «de suyo» de cada cosa real, se eleva en El hombre y Dios hasta la realidad divina. En la trilogía , a diferencia de lo que acontece en Sobre la esencia , no se parte de realidades contingentes o caducas, sino de una talidad que, en función tras­ cendental, es más que ella misma. Y esta concepción de la trascendentalidad es juntamente la misma que está actuando en El hombre y Dios. Zubiri sustituye en este libro, la causalidad clásica por una trascendentalidad fun­ dada en el «más» hasta tal punto que la causalidad, que se presentaba en Sobre la esencia como la vía metafísica para acceder a la realidad divina, es contemplada ahora como algo secundario. «La posible causación efectora de Dios —escribe— respecto de las cosas es una interpretación ulterior exigida por algo anterior: por la presencia formal de Dios en las cosas»23. X. Zubiri, dentro del ámbito de la dimensión teologal (puesta entre paréntesis la dimensión teológica), pretende mostrar lo que compete a Dios primariamente. En esta perspectiva Dios es fundamento del poder de lo real, con lo que se instaura una causalidad con lo fundamentado. La exi­ gencia de fundamentalidad de «la» realidad comporta posteriormente el establecimiento de una causalidad divina. Ahora bien, esta causalidad no tiene su punto de partida en la contingencia o caducidad, sino en la presen­ cia de Dios. Pero esto comporta replantearse hondamente el tema de la causalidad, ya que con la concepción clásica de la causalidad eficiente no se hace justificia a la presencia de Dios en el mundo. En consecuencia, Zubiri echa mano de una nueva concepción de la causalidad: la causalidad personal , a la que denomina causalidad metafísica estricta y un tipo de causalidad- funcionalidad24. Esta no sólo se da entre Dios y el hombre, sino también entre Dios y las cosas, ya que Dios tiene que ver con todo personalmente. Por tanto, la presencia formal de Dios en las cosas es una presencia perso­ nal. Así pues, es la causalidad personal la que propicia y permite la trascen­ dencia de Dios «en» las cosas. 23. HD 148. Cf. E. R ivera DE VENTOSA, «El diálogo de Zubiri con la metafísica clásica», en Realitas III-IV (Sociedad de Estudios y Publicaciones, Madrid 1979) p. 355. Miguel CRUZ H ernández, «Significación y proyección del pensamiento de X. Zubiri», en Actas IV Semina­ rio de Historia de la Filosofía Española (Salamanca 1984) p. 662. Juan-Antonio NICOLÁS Marín, «Realidad como fundamento. Un estudio sobre la filosofía de X. Zubiri», en Pensa­ miento 42 (1986) 89-92. 24. Cf. HD 205-208. Cf. Carlos BACIERO, «El hombre y Dios». Revista de Filosofía , enero-junio (1985) 178. J. Sáez Cruz, art. c.y pp. 315ss.

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