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coloniense, ni que actualmente se le tribute. Así lo pronunciamos, declaramos y definitivamente sentenciamos»14. Esta sentencia no desanima al P. Novara. Pide una copia para entregar­ la a la Congregación de Ritos de Roma, la única competente para declarar la beatificación. El proceso testimonia que se habló de culto a las reliquias de Escoto y que su sepulcro era visitado y honrado por obispos, cardena­ les, generales de la Orden y otros prelados. Se habla de una visita al coro de los conventuales, donde hay una representación de Escoto con la aureo­ la y el título de beato. Se citan libros de versos en honor de Escoto que le consideran uno de los grandes en el Reino de Dios. Se hace referencia a una fiesta anual en el aniversario de la muerte de Duns Escoto, en que se celebraba una misa y se tenía un acto académico. Y ¿la traslación de las reliquias y su colocación en un altar no eran en la antigüedad un signo de beatificación? El proceso de Colonia, en un tiempo barroco, consideró el culto públi­ co como manifestaciones solemnes con procesiones y estandartes, incienso y lámparas, flores y exvotos. Y esto no lo había tenido Escoto. El primer proceso de Ñola, 1708-1710 El P. Novara regresó a su tierra, Milán. Luego se dirige a Roma para entregar, en la Congregación de Ritos, las Actas del Proceso de Colonia. La Congregación sentencia simplemente que el Culto de Juan Duns Escoto no consta en Colonia. El P. Novara esperaba seguramente tal respuesta, pero no daba por cerrada con ello la causa de Escoto. A finales de 1708 se encuentra en Ñola con los mismos poderes que en Colonia para solicitar la apertura de otro proceso. El obispo de Ñola, Mons. Francisco María Carafa le acoge cortésmente y se establece la iniciación del proceso para el día 25 de febrero de 1709. El obispo asiste a todas las sesiones. La mañana del 12 de abril de 1710, observantes, conventuales y capuchinos tienen una celebración solemne en honor del Espíritu Santo. Por la tarde, en la sesión 37 del Proceso se lee la sentencia definitiva: «Invocado el nombre de Cristo, etc. vistos los mandatos de la procura en la persona del Padre fray José de Novara, vista la instancia de dicho padre Procurador, vista la delegación del reverendo subpromotor de la Fe, del Notario, actuario y cursor, por nos concedida de modo especial; vistos los derechos presenta- LA BEATIFICACION DE JUAN DUNS ESCOTO, FINAL DE UN «ITER» 231 14. Positío, 983-4.

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