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232 BERNARDINO DE ARMELLADA dos y compulsados; vistas las imágenes antiquísimas de dicho Venerable siervo de Dios pintadas en los altares de las iglesias y en otros lugares públicos con los rayos y aureolas que se acostumbran en los beatos y san­ tos, y las inscripciones con el título de beato y santo; vistos los reconoci­ mientos de los peritos, las deposiciones y todo el proceso de esta causa, y vistas las cosas que hay que ver y consideradas las cosas que hay que considerar, (visis videndis et consideratis considerandis), de nuevo en el nombre de Cristo, decimos, determinamos, declaramos, pronunciamos y definitivamente sentenciamos que consta que, al citado Venerable Siervo de Dios fray Juan Duns Escoto, se le ha tributado culto más de cien años antes de los predichos decretos del Papa Urbano VIII, de feliz memoria, y que, al presente, se le sigue tributando, sabiéndolo y tolerándolo los Ordi­ narios que se han seguido; y en consecuencia, declaramos que esta causa se encuentra entre las causas eximidas de dichos decretos sobre el no culto y que en modo alguno se contraviene a los mismos, sino que se atiene y se atuvo a ellos suficientemente. Así lo decimos, determinamos, declaramos, pronunciamos, definitivamente sentenciamos no sólo en el modo predicho, sino en cualquier otro modo mejor. Así lo pronuncié. Yo Francisco María Carafa, obispo de Ñola, Juez», etc.15. Se siguen después 15 sesiones para disponer todos los documentos y en la sesión 55 del 28 de noviembre de 1710 el obispo puede constatar que las Actas concuerdan con los originales. En un total de 378 folios con algunas notas marginales y cancelaciones, que los delegados competentes aprueban, se firma y sella todo el documento. El original queda en el archivo de Ñola y una copia autenticada se destina a la Sagrada Congrega­ ción. El Padre Novara es el encargado de llevarla a Roma. Su satisfacción y alegría tenía que ser grande, ya que el camino para la beatificación de Escoto estaba completamente allanado. Sin embargo, la causa quedó para­ lizada, sin que se conozcan los motivos. Las Actas de este proceso I Ñola desaparecieron como por encanto: en Roma y en Ñola; y sólo en 1892 se las encontró en el Vaticano, pudiendo ser utilizadas en el proceso II de Ñola en 1906. Ello no obstó para que el culto a Escoto como beato continuara en Ñola, celebrándose su fiesta el 8 de noviembre16. 15. Positio, 1002-3. 16. Es curioso el modo cómo surgió en Ñola esta devoción a Escoto: El franciscano napolitano, Landolfo Carácciolo, discípulo de Escoto en París, vuelto a su tierra, predicó la devoción a la Concepción Inmaculada de María, hablando al mismo tiempo del maestro que en París la había defendido tan valientemente. La devoción mariana del pueblo pasó, por simpatía, al defensor de la Inmaculada. Se lee en la documentación de la causa: «Si se tiene en cuenta que el reino de Nápoles estuvo dominado por la corona de España, se comprende

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