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Carta de los Ministros Generales de las Familias Franciscanas con motivo de la concesión de los honores litúrgicos al beato Juan Duns Escoto Queridos hermanos en el Señor: Nos alegra poder comunicaros que el 20 de marzo de 1993 el Santo Padre Juan Pablo II presidirá, en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, una solemne celebración, durante la cual le serán concedidos los honores litúrgicos al beato Juan Duns Escoto. Este acontecimiento señala un mo­ mento de gracia singular para toda la Orden Franciscana, que venera al beato Juan Duns Escoto como esclarecido ejemplar de santidad y profundo maestro de doctrina. La celebración es tanto más significativa, cuanto que la Orden Francis­ cana, consciente de su vocación apostólica, en virtud de la Regla y por mandato recibido de la Iglesia, se encuentra empeñada en el mundo de hoy en una nueva evangelización a las puertas del tercer milenio. Duns Escoto estaba firmemente convencido de que el hombre, creado por el amor infinito de Dios, como «alabanza y gloria de Cristo» (E f 1, 12), anhela incesantemente llegar al conocimiento de la verdad mediante la búsqueda apasionada de Dios, convencido de que «con el paso de las generaciones humanas crece cada vez más el anuncio de la verdad» (J. Duns Escoto, Ordinario, IV, d. 1, q. 3, n. 8; Edic. Vives, XVI 136a). Al daros esta gozosa noticia y presentaros la figura del nuevo beato, no podemos menos de recordaros las palabras con las que el Ministro General de los Frailes Menores, Fr. Gonzalo de España, presentaba en 1304 al entonces laureando de la Universidad de París, Juan Duns Escoto: «De su vida laudable, de su excelente saber, de su sutilísimo ingenio y de sus demás cualidades insignes, estoy plenamente informado, en parte por larga experiencia personal, y en parte por su fama, que se ha esparcido por doquier» (Denifle-Chatelain, Chartularium Universitatis Parisiensis, II, 117- 118).

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