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Congregación para las Causas de los Santos Decreto de canonización del siervo de Dios, Juan Duns Escoto, sacerdote profeso de la Orden de Frailes Menores, llamado beato o santo. (1265c.-1308) Se pregunta si consta de la fama de santidad y de las virtudes heroicas, así como del culto que desde tiempo inmemorial se le viene atribuyendo, para el caso y a efectos de que se trata. «Los sabios brillarán como esplendor del firmamento y los que enseñan a muchos la justicia, resplandecerán como estrellas para siempre» (Dn 12, 3). El siervo de Dios, Juan Duns Escoto, sobresale entre los grandes maes­ tros de la doctrina escolástica a causa de la importancia singular que tuvo en la filosofía y la teología, en la que se distinguió principalmente como paladín de la Inmaculada Concepción de la Virgen María y como defensor eximinio de la suprema autoridad del romano Pontífice. Además, con sus enseñanzas y ejemplos de vida, totalmente dedicada a conseguir la gloria de Dios, ha conducido a no pocos, en el transcurso de los siglos, al conoci­ miento del divino Maestro y al camino de la perfección evangélica. Nació en Escocia, en la ciudad de Duns, por el año 1265. Su familia era bienhechora de los hijos de san Francisco de Asís que, emulando a los primeros evangelizadores, llegaron a Escocia casi ya desde los orígenes de su Orden. Alrededor del año 1280 fue recibido en la Orden de Frailes Menores por su tío Elias Duns, superior de la recien creada Vicaría de Escocia. En la Orden franciscana completó su formación espiritual y sus estu­ dios, mostrando gran inteligencia y agudez de mente. Bajo la orientación de sabios maestros forjó su impronta ejemplar de santidad y perfección cristiana. El 17 de marzo de 1291 fue ordenado sacerdote y enviado, para termi­ nar sus estudios, a París, en donde, entre otros, tuvo como Maestro a

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