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LAS ARTES EN LA REPUBLICA PLATONICA 143 Mas, no es posible formar un cuerpo bello si antes no se han formado las virtudes cardinales del alma. Más aún, Platón cree que cuando el alma es buena devienen al cuerpo todas las bondades posibles, con lo cual con­ tinúa la armonía, ahora no sólo a través del alma, sino también del cuerpo. La gimnasia debe ser para Platón sencilla y equilibrada16 a fin de que no produzca un desequilibrio que haga peligrar el orden natural, con lo que la educación física pasa a cumplir una nueva función en la formación del ciudadano, ya que la idea espartana de educar particularmente el cuerpo para hacerlo apto en las batallas y las competencias se había difundido por toda Grecia. Pero, además, es necesario advertir que Platón ve en la gimna­ sia un excelente elemento que puede adiestrar al hombre en la disciplina, la obediencia y el deber. En resumidos términos lo que Platón propone, para dotar al hombre de una excelencia tanto del alma como del cuerpo, es una educación en la música y en la gimnasia, pero con una dirección y sentido completamente distintos. La primera tendrá por misión modelar un espíritu justo y sabio, y la segunda conformar un cuerpo robusto y sano con lo cual Platón espera conseguir un hombre bello, en el más exacto sentido del término griego. Una vez que Platón tiene, en su República, un hombre perfectamente constituido física y espiritualmente, da un paso más en la formación del ciudadano al plantear la necesidad de un hombre integral, esto es, además de los factores señalados, culto e ilustrado, aspectos poco desarrollados en la educación tradicional. La conveniencia de una instrucción sistemática de algunas ciencias para dotar al espíritu de conocimiento y, junto a ello, ejercitar en el alma el amor a la verdad, al orden y armonía, son aspectos de la totalidad. Por tales razones incluye en su programa educativo al menos tres ciencias: matemática, geometría y astronomía; aparte de un método para el conocimiento de la verdad: la dialéctica. . La matemática entra en el programa porque ningún arte o conocimiento puede prescindir de ella, sea en las technai, sea en la episteme. Desde el punto de vista práctico es indispensable al militar, por ejemplo y, desde el teórico, conduce al conocimiento de la verdad pero, principalmente, por­ que eleva el alma y la obliga a razonar sobre los seres ideales —no sobre los objetos sensibles— y, por tanto, «esta ciencia parece ser —dice Sócra­ tes— realmente necesaria, puesto que obliga al alma a usar la inteligencia para alcanzar la verdad en sí» (R. 525b). 16. Platón considera que un exceso en la formación física produce desequilibrio anímico y desarmonía en el alma.

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