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LO VIVO Y LO MUERTO DEL PENSAMIENTO HISPANICO 117 Diversos motivos alegaron los doctores cristianos para hacer aceptable a su conciencia cristiana la esclavitud. Ahora señalamos tan sólo el que tuvo máximo influjo en la esclavitud negra: el fundado en el derecho de guerra, según el cual el ju s gentium atribuía al vencedor, aunque sólo en la hipótesis de guerra justa, el derecho a deshacerse de sus enemigos con la muerte o de conservarlos — servan, servus — trocándolos en esclavos. Todavía Hugo Grocio, ya en el siglo XVII, da el historial de este supuesto derecho, que consideraba legítimo29. Un siglo antes también Francisco de Vitoria, aquí en Salamanca, conceptuaba este derecho como legítimo. Y se aplicó a la esclavitud de los negros. Estamos en el corazón de este gravísi­ mo problema moral. Un pasaje de B. de Las Casas, en su Historia de las Indias , pone al rojo vivo dicho problema moral. Este es el pasaje aludido. Después de declarar ingenuamente que él mismo aconsejó enviar negros para sustituir a los in­ dios en los trabajos más pesados, escribe: «Deste aviso que dio el clérigo (habla de sí mismo) no poco después se halló arrepiso (arcaísmo por arre­ pentido), juzgándose culpado por inadvertente, porque como después vido y averiguó, según parecerá, ser tan injusto el captiverio de los negros como el de los indios, no fue discreto remedio el que aconsejó que se trajesen negros para que se libertasen los indios... Como los portugueses de muchos años atrás han tenido cargo de robar a Guinea, y hacer esclavos a los ne­ gros, harto injustamente viendo que nosotros mostrábamos tanta necesidad y que se los comprábamos bien, diéronse y danse cada día priesa a robar y captivar de ellos, por cuantas vías malas e inicuas captivallos pueden»30. Un análisis reflexivo sobre este pasaje hace ver en Las Casas un cambio en la apreciación del hecho histórico que motivó la esclavitud de los negros y una convicción constante en su persuasión de que la guerra justa puede dar un derecho al vencedor sobre el vencido por el que puede declarar a éste esclavo suyo. Los escritos de Las Casas obligan a decir al historiador de las ideas que éste mantuvo este convencimiento a lo largo de su vida. Fue, con todo, inflexible en declarar que todas las guerras de los españoles con los indios fueron injustas. Y como injustas, no pudieron dar apoyo alguno para que los indios pudieran ser declarados esclavos. Su cambio consistió en que, incialmente, juzgó que los portugueses adquirían legítimamente los esclavos en Africa. Esta opinión es la que radi­ calmente cambia Las Casas contra lo que seguían pensando grandes doc­ tores de las universidades de España y Portugal, quienes se atenían a la 29. Hugo GROCIO, De jure belli et pacis (ed, anastatica), Lugduni Batavorum. E. J. Brill, 1939, lib. III, cap. VI, VII, XIV. 30. Historia de las Indias, o. c..., lib. III, cap. 129, t. 3, p. 179.

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