PS_NyG_1994v041n001p0103_0124

LO VIVO Y LO MUERTO DEL PENSAMIENTO HISPANICO 115 segunda parte del texto que estamos comentando. Por su alto valor históri­ co lo transcribimos en la lengua en que fue escrito: «Numquam enim illae communitates adeo sunt sibi sufficientes singiUatim, quin indigeant aliquo mutuo juvamine, et societate, et communicatione, interdum ad melius esse majoremque utilitatem, interdum vero etiam ob moralem necessita- tem et indigentiam, ut et ipso usu constat»26. El vocablo sufficientes , aquí usado por Suárez, tiene larga trayectoria histórica. Viene ya de Aristóteles. Este hace de este concepto una de las claves de su ciencia política. Para ella acuñó esta dicción: autárcheia , que podemos traducir por autarquía o suficiencia. En ella ve la radical motiva­ ción de la convivencia humana. En efecto, ya que el individuo no se basta a sí mismo forma la familia — oikía —. Como ésta tampoco lo es, con otras familias forma la aldea o poblado — kóme —. Como éste, a su vez, es inca­ paz de proporcionar lo necesario para la plenitud del desarrollo, se cons­ truye la ciudad — polis. Esta cree Aristóteles que tiene plena suficiencia — autárcheia — para que en ella pueda el hombre realizarse plenamente como hombre. Aristóteles se cierra en la polis. Tan sólo se abre a una intercomunicación de las ciudades griegas. Pero es totalmente hostil, en su nacionalismo particularista, a toda relación con otros pueblos, llamados despectivamente bárbaros 21. Suárez acepta plenamente el concepto de autárcheia , propuesto por Aristóteles. Pero rompe, partiendo de dicho concepto, con el nacionalismo particularista de aquel. Suárez piensa contra Aristóteles que la polis —ciu­ dad-estado—, por su radical insuficiencia tiene que estar abierta a otros pueblos y reinos. Y conjuntamente todos ellos deben vincularse en una sociedad y comunión, unas veces para lograr una mayor utilidad, otras, por exigirlo una moral exigencia y menesterosidad. Justamente se ha visto en estas palabras de Suárez un anticipo progra­ mático de la Sociedad de Naciones, tan deseada y buscada en nuestro siglo. Con este su anticipo Suárez precisa y programa —éste es su mérito pecular— la communitas orbis en la que ya pensó Vitoria. En el palacio de la Sociedad de Naciones, en Ginebra, puede verse una réplica de la Universidad de Salamanca. En la explicación oída en aquel lugar se justificaba la presencia de esta imagen, porque la Universidad de Salamanca había iniciado las grandes ideas sobre la comunidad de pueblos y naciones. En este apartado hemos querido exponer estas ideas, que por 26. O. y l. c. 27. ARISTÓTELES, Política (en toda la obra se hace sentir este tema, especialmente en el libro I).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz