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114 ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA la Cristiandad, pienso que por eso mismo sería injusta»23. Pocas veces el nacionalismo desorbitado, que va a la guerra, pensando tan sólo en la propia grandeza ha recibido una repulsa mayor. Y esto lo afirma Vitoria en los mismos días en que surge el nacionalismo que sumió a Europa en días de tanto luto. Todavía es para tener en cuenta la lección de Vitoria, en la que afirma que la guerra es inmoral, aunque se haga con justa causa y con garantía de lograr lo que justamente se pretende, si ha de sufrir un mayor detrimento la comunidad de pueblos, el Totus Orbis. Respecto del derecho de intervención, tan discutido en teoría y tan difícil de llevarlo a la práctica con rectitud, Vitoria lo estudia en el plano de los principios morales. Estos exigen la defensa de los inocentes. Muy de notar es que en esta defensa Vitoria ve la de todo el orbe, al que se le haría injuria sin tal defensa. Tomadas las debidas precauciones Vitoria declara que el estado que asume la defensa del inocente actúa como delegado de todo el orbe24. Cuestionan los comentadores la peculiar aportación de Suárez a la con­ cepción de Vitoria sobre la comunidad de pueblos y naciones. La respuesta pudiera hallarse en el muy conocido y comentado texto de Suárez en el que se vincula a Vitoria, sin nombrarlo, al mismo tiempo que lo quiere precisar y superar. En este célebre pasaje hace notar que el género huma­ no, aunque dividido en pueblos y reinos, conserva una cierta unidad —ali- quam unitatem— de tipo político y moral, por cuanto el precepto natural del amor y de la misericordia se extiende a todos, incluidos los extraños. De aquí que toda república y reino, aunque en sí es comunidad perfecta, viene a ser de alguna manera —aliquo modo— miembro de todo el género humano25. Un cotejo con la doctrina de Vitoria, que hemos expuesto, traduce un común acuerdo. Pero el inciso «aliquo modo» con el que se califica la pertenencia de cada pueblo y reino a la unidad que forma todo el género humano pone mengua a la fuerza que tenía en Vitoria el totus orbis, en el que todos los pueblos vienen a formar una gran república. Vitoria estaba porque la amistad de todos los pueblos es un derecho natural. Suárez hace de la unión de pueblos una mera secuencia del precepto general del amor y de la misericordia. Se adiverte además en Suárez que éste da una mayor autonomía a las naciones. El nacionalismo moderno se halla ya muy pre­ sente en él. Su genialidad consistió en darle un freno. Esto lo hace en la 23. O. c.y n. 13, p. 168. 24. De Indis sive de jure belli..., n. 1, p. 818. 25. F. SUÁREZ, Tractatus de legibus, lib. II, cao. XIX, n. 9.

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