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EL ANUNCIO DEL EVANGELIO 99 fue la intervención divina en los antepasados del pueblo de Dios y en un grupo humano, los hebreos, que posteriormente se convertirían en el pue­ blo de Dios. Sólo cuando hubieron descubierto su identidad les dio tiempo para preguntarse por las relaciones de su Dios con los otros pueblos y con la naturaleza. La Biblia, en sentido estricto, no comienza con el Génesis, sino con el Exodo. La reflexión cristiana en Centroamérica, en Guatemala en concreto, sigue haciendo relecturas bíblicas y relecturas de su propia fe. Citamos como modelo el comentario como relectura y aplicación seria y adecuada —no como simple consideración piadosa— a su situación concreta, a la del pueblo y a la de las comunidades cristianas, al libro del Exodo y la lectura o relectura de los profetas desde la dimensión de sus exigencias cristianas, particularmente desde el clamor por la justicia152. El éxito que tienen las sectas fundamentalistas en el pueblo sencillo es debido a su recurso a la Biblia y al respaldo de sus enseñanzas que dicen encontrar en ella. De ellas debemos aprender dos cosas: la ineficacia de nuestros métodos habituales de evangelización: la liturgia oficial, la predi­ cación, la pastoral parroquial, el anonimato de las parroquias grandes, las estructuras clericales y rígidas de la Iglesia... no están respondiendo a las verdaderas necesidades del pueblo. No resisto la tentación de contar la anécdota siguiente: Un buen día llegó el padre mientras algunos cristianos estaban reunidos. Una señora le pregunta: «Padre, ¿va a celebrar la Euca­ ristía?». «No vengo preparado», responde. «Pues, ¿qué hace falta?», le reitera. El Padre responde: «Necesito ornamentos, hostias, vino». «¿Será que eso es tan importante? —le dice—. Eso de los vestidos que tiene usted, ni tanta importancia le damos. Y lo del pan y el vino, sabemos que Cristo utilizó pan y vino, porque el pan y el vino era el alimento que utilizaba su pueblo. Pero aquí con nosotros, lo que tenemos es maíz. Tal vez se podría hacer con maíz...». El padre hizo ver a la señora que sería bueno preguntar a la comunidad si estaba de acuerdo con aquella opinión. Y fue fácil comprobar que todos compartían su punto de vista153. ¿Sería válida aquella misa? Para mí es evidente que sí. ¡Ojalá se celebrase muchas veces así la Eucaristía! Otros teólogos encontrarían múltiples y sólidos argumentos para declararla inválida. La segunda enseñanza está centrada en la necesidad de evitar la interpre­ tación de la Biblia que ellos hacen : literalismo craso e injusto con ella; 152. Reflexión cristiana en Guatemala, Los libros del Exodo y de los profetas bíblicos , que acabamos de citar. 153. Reflexión cristiana en Guatemala, Presencia y compromiso , 49.

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