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92 FELIPE F. RAMOS Agónica. Manteniendo el sentido de «lucha» contra todo movimiento religioso o político antievangélico. Ello implica una espiritualidad y una teología agónicas: apoyadas en el Dios conflictivo, el dador de la vida, el que optó por los pobres; cristológica, por tanto, a imitación del «siervo de Yahvé» al que personifican. Espiritual y martirial. Que exprese una profunda experiencia de fe, una vivencia espiritual que brota del encuentro con el Dios de los pobres. Para el desarrollo del proyecto histórico popular se necesitan mediacio­ nes teóricas y prácticas, filosofía política, análisis estructural y coyuntural, objetivos y plazos, estrategias y tácticas. Vivir el misterio cristológico de la crucifixión-resurrección como realidades cotidianas de una serie de pue­ blos crucificados por el sistema capitalista y sus intereses, así como el tre­ mendo anhelo de resucitar libres e independientes. Una vida anticipativa del Reino de Dios. Hoy se vive esta vida en América Latina con un profun­ do sentido martirial, conscientes de que se entrega la vida y que no se la pierde. Muchos creyentes han caído ya por la Causa del Reino146. El Papa y, de modo general, los dirigentes de la Iglesia insisten en la necesidad y urgencia de la catequesis. También en este campo la «novedad» es muy relativa. Tal vez exista alguna en el modo de realizarla. Debe ser una catequesis situada. Partiendo, como exige la Gaudium et Spes , de los gozos, esperanzas y vivencias de los evangelizados a los que hay que dar una respuesta cristiana. «La evangelización no sería completa si no tuviera en cuenta la interpelación recíproca que en el curso de los tiempos se establece entre el evangelio y la vida concreta, personal y social, del hom­ bre. Precisamente por esto la evangelización lleva consigo un mensaje ex­ plícito, adaptado a las diversas situaciones y constantemente actualizado, sobre los derechos y deberes de toda persona humana, sobre la vida fami­ liar sin la cual apenas es posible el progreso personal, sobre la vida comu­ nitaria de la sociedad, sobre la vida internacional, la paz, la justicia, el desarrollo; un mensaje, especialmente vigoroso en nuestros días, sobre la liberación» (EN 29). Catequesis centrada en el misterio de Cristo. El Decreto Ad Gentes insis­ te obsesivamente sobre ello. La catequesis, como todo proceso de evange­ lización, debe estar centrada en el misterio de Cristo, en su persona, su mensaje y lo que significa el misterio central de su encarnación de acerca­ miento entre el hombre y Dios. Y esto tanto a nivel de los contenidos de la predicación como en su espiritualidad y opciones básicas. La exhota- 146. R. M. GráCIO DAS N eves, Aportes al debate sobre la nueva evangelización desde una pastoral indígena liberadora , 177-190.

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