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EL ANUNCIO DEL EVANGELIO 89 En lugar de la civilización del amor y la solidaridad constituimos la sociedad inhabitable del odio y del egoísmo. Serlo con autenticidad y cohe­ rencia, significa comprometerse en la transformación de una sociedad montada sobre violentas estructuras represivas. Vivir la fe cristiana no se reduce a practicar un rito. Es una vivencia profunda de trabajo constante y de esfuerzo mantenido por la justicia. Y a este respecto vale la pena recordar las palabras de un cristiano contemporáneo: «Si me falta el amor y la justicia, me separo indefectiblemente de Dios, y mi adoración no es más que idolatría. Para creer en él, debo creer en el amor y la justicia. Y creer estas cosas vale mil veces más que pronunciar su nombre». En la medida que revaloricemos tantos temas de tan profundo conteni­ do bíblico y liberador, los meditemos con hondura, tratemos de vivirlos hasta las últimas consecuencias, y ayudemos al pueblo cristiano a descubrir­ los y asimilarlos, el cristianismo prestará una colaboración valiosísima a la causa justa y sagrada de la transformación del mundo y de la sociedad143. OREMOS: Oh Dios, Dios de la Vida, Dios de la Historia, Señor del tiempo y del lugar, que nos has situado en América Latina, en esta Centroamérica concreta, para que aquí descubramos tu Reino, para que aquí lo anunciemos, lo acojamos, lo construyamos. Danos la alegría de la fidelidad, la constancia del compromiso, la coherencia hasta el fin. Te lo pedimos por todos los testigos de Centroaméri­ ca. Te lo pedimos por el Testigo Fiel, Jesús, tu Hijo, nuestro hermano, que vive y reina contigo, y vive y camina con nosotros aquí, en Centroamérica, hoy, en la unidad del Espíritu Santo. Amén. 143. Reflexión cristiana en Guatemala, Caminos de Cristo en Guatemala , 18-19.

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