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EL ANUNCIO DEL EVANGELIO 65 hace también, cada vez más, pueblo de Dios. El Espíritu le ha sacudido y le ha hecho sublevarse frente al sistema de opresión. En la fe ha encontra do nuevas luces para desenmascarar la injusticia y para seguir a Jesús como el que quita el pecado del mundo, el liberador de toda opresión107. «Así como Cristo efectuó la redención en la pobreza y en la persecu ción, así la Iglesia es llamada a seguir ese mismo camino para comunicar a los hombres los frutos de la salvación. Cristo Jesús, existiendo en la forma de Dios, se anonadó a sí mismo , tomando la forma de siervo (Fil 2, 6) y por nosotros se hizo pobre, siendo rico (2 Cor 8, 9); así la Iglesia, aunque el cumplimiento de su misión exige recursos humanos, no está constituida para buscar la gloria de este mundo, sino para predicar la humildad y abne gación incluso con su ejemplo. Cristo fue enviado por el Padre a evangelizar a los pobres , y levantar a los oprimidos (Le 4, 18), para buscar y salvar lo que estaba perdido (Le 19, 10); de manera semejante la Iglesia abraza a todos los afligidos de la debilidad humana, más aún, reconoce en los pobres y en los que sutren la imagen de su Fundador pobre y paciente, se esfuerza en aliviar sus necesidades, y pretende servir en ellos a Cristo» (LG 8). La opción de Jesús por los pobres supone la contestación de la pobreza y la exaltación de la eminente dignidad de la persona del pobre; por eso la opción por los pobres es una expresión de la liberación, tanto de la pobre za como de la riqueza, y una exigencia de la justicia que ha de ser instaura da por el Mesías y sus seguidores. Sólo desde los pobres se percibe el mensaje de Jesús como Buena Nueva, porque implica la superación de la debilidad y el desamparo en que los pobres han sido dejados. La propuesta mesiánica de Jesús comporta un ideal de sociedad fraterna, igualitaria y libre como signo del Reino ya presente en la historia. Um- evangelización que no implique directamente a los pobres y no reafirme en ellos la esperanza de una sociedad nueva y alternativa; una evangelización que no asuma la causa de los pobres, sus luchas y su exis tencia, será una evangelización que perderá densidad cristiana y traicionará al Jesús histórico, que fue un hombre pobre en este mundo y que se iden tificó con los pobres, a los que puso como lugarteniente suyos en el mo mento crucial de la historia, en la hora del juicio definitivo sobre el destino eterno de las personas y de la creación108. ¿A quién nos referimos cuando hablamos de los pobres? Pobre significa todo aquel que está en el hoyo, con peligro grave de su vida física o de su dignidad como persona humana, y que no es capaz de salir por sí mismo 107. J. ESPEJA, Cómo evangelizar hoy , 136. 108. L. Boff, La nueva evangelización , 115.
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