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62 FELIPE F. RAMOS El primer día de la Fiesta, tomó las pocas tortillas que quedaban y les dijo a sus amigos: «Tomen y coman todos de aquí, que nadie se quede con hambre, porque somos un solo cuerpo, y esto es mi cuerpo». Luego se retiró a la Montaña, ayunó durante cuarenta días y oró a su Padre, sudando sangre y derramando lágrimas. Se levantó y les dijo: «Ya basta. Ha llegado la Hora. Ya se acerca el que me traiciona». Entonces echaron mano a Jesús-pueblo y lo secuestraron para desaparecerlo. Pero todo esto sucede para que se cumplan las Escrituras: «Será conquistado, colonizado y despojado de sus tierras. Será explotado y oprimido y lo dividirán en muchos pueblos y se sortearán sus riquezas. Tendrá que probar el exilio y vivir en campamentos y en aldeas-modelo. Tendrá que soportar el terrorismo del ejército y el horror de la masacre. Pero al tercer día resucitará». Lo llevaron entonces ante Azcona, Arias y Cerezo; pero ellos se lavaron las manos y lo enviaron a la Casa Blanca. Y los que tienen el poder de dar la vida o la muerte lo entregaron diciendo: «hagan con El lo que les dé la gana». Los condenaron injustamente, sin derecho a defenderse. Lo torturaron. Le cargaron mil cruces y perpetraron el genocidio dando muerte al que buscaba la vida. Jesús-pueblo murió diciendo: «Todo está cumplido». Pasada la noche del silencio, las madres de los presos, desaparecidos y tortu­ rados, que habían acompañado a Jesús-pueblo y habían estado de pie junto a la cruz, fueron a buscarlo. Encontraron el sepulcro vacío y unos jóvenes que les decían: «El pueblo unido jamás será vencido. Vayan y digan a los compás que Jesús-pueblo está vivo y lo podrán encontrar en la Organización y en la lucha liberadora de los pueblos». Ellas contaron todo esto a los demás, pero algunos no creyeron. Entonces llegaron unos que dijeron: «Lo hemos visto en el camino y lo hemos reconocido al partir el pan de la solidaridad, que es gracia, fraternidad, comunidad». El, ellos y nosotros, Jesús-pueblo, ha resucitado y vive para siempre. Es el Hombre Nuevo, un solo Cuerpo, un solo Pueblo. Yo estaré con ustedes todos los días, hasta que la Nueva Sociedad rompa en aurora y llegue a su culminación en el Reino de mi Padre». Jesús-pueblo hizo muchas otras cosas, tantas, que si se pusieran por escrito una por una, no cabrían en todas las computadoras del mundo. Elaborado colectivamente en un retiro de espiritualidad en Centroamérica.

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