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34 FELIPE F. RAMOS En todo tiempo y lugar es grato a Dios quien practica la misericordia y la justicia; sin embargo «fue voluntad de Dios santificar y salvar a los hombres no aisladamente sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo que le confesara en la verdad y le sirviera santa­ mente (LG 9). Sin esta fe en la Iglesia visible tampoco hay evangelización cristiana. La verdadera indigenización del evangelio debe tender, como hecho visible y eclesializado, a tomar la forma de una Iglesia autóctona, plenamente configurada con su propio mundo cultural, en nuestro caso el mundo indígena (DPI II-II, 2.5 ) 54. Renovación de la Iglesia de Jesús El «bilingüismo de la revelación» condena toda tentación de fixismo e inmovilismo en el ser y en el funcionar de la comunidad de Jesús. La nueva mentalidad y las diferentes culturas demandan una nueva proyección y respuesta de la revelación. Las nuevas exigencias no serán respondidas adecuadamente mediante la superación de las situaciones de división, des­ concierto e indisciplina que con frecuencia dividen a nuestras iglesias y les resta entusiasmo y eficacia misionera. El Papa lo hace ver de manera con­ tundente: «urge en todas partes rehacer el entramado cristiano de la socie­ dad humana. Pero la condición es que se rehaga la cristiana trabazón de las mismas comunidades eclesiales que viven en estos países o naciones»55. El problema es tratado demasiado superficialmente. No llega al fondo de la cuestión. La orientación de la evangelización debe llevar hacia una Iglesia nueva. En nuestras actuales circunstancias europeas y españolas necesitamos una Iglfesia más evangelizada y más evangelizadora, más adaptada a las nuevas necesidades y a la nueva cultura, capaz de promover «una nueva calidad de evangelización», según la expresión de Juan Pablo I I 56. En las últimas décadas, debido al incremento de la increencia y a la disminución de la influencia de los creyentes en la sociedad, han penetrado dentro de la Iglesia aires de pesimismo y repliegue, que intentan encontrar su justificación teológica en la teoría del «pequeño rebaño», de reducidas co|munidades-oasis en medio de un inmenso desierto asolado en la fe. Qui­ zás nos hemos olvidado de las tensiones históricas, que aparecen en la Biblia, entre el pueblo de Dios, que se despistaba entre los baales, sin 54. J. E speja , Recuperar la mística de la misión , 236. 55. F. SEBASTIÁN, En qué consiste la nueva evangelización , 126. 56. A . GONZÁLEZ D o ra d o , Cuatro motivos para una nueva evangelización de cara al año 2000, 71 .

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