PS_NyG_1993v040n002p0315_0327

322 VICENTE MUÑIZ RODRIGUEZ los primeros. Se trata de los ocho libros que componen el Abecedario Espi­ ritual y que desde el cuarto se califican con denominación propia: Ley de Amor, Consuelo de pobres y Aviso de Ricos, Las llagas de Cristo, Gracioso convite de las gracias del Santo Sacramento del Altar, y, por último, Norte de Estados. En la obra osunista además de los Santos Padres, y los autores espiri­ tuales citados un poco más arriba, si se atiende ya tan sólo al Cuarto Abece­ dario Espiritual, el Areopagita aparece nueve veces. Una de manera explíci­ ta y las restantes, para recordar sus doctrinas en torno al Dios-Luz, Dios- Bondad, Dios-Amor. La ascensión a Dios a través de las vías purificativa, iluminativa y unitiva la fundamenta Osuna igualmente, en el pensamiento pseudo-dionisiano. Por ello, aunque este místico manifieste menos influen­ cia areopagítica que Bernardino de Laredo, no debe juzgarse de poca im­ portancia. En él encontramos el meollo de la espiritualidad de Mysthica Theologia en lo que más auténtico tiene de cristiano: Dios, concebido como Bondad luminosa e inefable; la dialéctica deificadora del alma y, por último, los pasos purificativos, iluminativos y unitivos de esta dialéctica12. El nombre de Bernardino de Laredo va unido, en la vida espiritual, a su obra Subida al Monte Sión, de la que llegaron a hacerse hasta 1617 cinco ediciones. Desde entonces un silencio casi inexplicable ha rodeado la obra de este hermano lego franciscano, doctor en medicina que junto con Osuna y Luis Vives muere en 1540. A este respecto, el P. Gomis, en su introducción a la edición de Subida al Monte Sión, realizada por la BAC, emite el siguiente juicio: «Todavía es Bernardino un desconocido como místico y como literato, siendo, en lo uno como en lo otro, una eminencia pocas veces conseguida dentro o fuera de España13. La influencia del Areopagita en la obra Subida al Monte Sión es diversa, si se atiende a la edición que de ésta se hace en 1535 o a la edición corregida y reformada de 1538, que repiten las de 1542, 1590 y 1617. Mientras la presencia dionisiana es casi nula en la de 1535, no sucede lo mismo en la de 1538. 12. La BAC ha puesto la lectura de los Místicos Franciscanos al alcance de todos los interesados en tres tomos. En el presente estudios, utilizamos esta edición. Fray Francisco OSUNA, Ley de amor santo, en Místicos Franciscanos Españoles, t. I (Madrid 1948) 217-700. Las citas areopagitas se encuentran en las pp. 233, 249, 253, 282, 337, 375, 507, 650 y 680. 13. En este m ismo sentido se mueve M. MENÉNDEZ y P ela YO, Ciencia española , t. III (M adrid 1918) 175. Igualmente, P. S a ÍNZ RODRÍGUEZ, Introducción a la historia de la literatura mística española (M adrid 1927), c. 5, 224. 14. Fray BERNARDINO DE LAREDO, Subida al Monte Sión, en Místicos Franciscano Españo­ les, t. II (Madrid 1948) 25-442. Las citas areopagitas se encuentran en las páginas 324, 325, 326, 327, 329, 330, 335, 337, 507, 650 y 680.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz