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320 VICENTE MUÑIZ RODRIGUEZ Por último, la «Jerarquía» es una actividad , cuyos elementos esenciales son la purificación, la iluminación y la perfección de los entes. A través suyo, la «Jerarquía» cumple sus propósitos: la unión y deificación de las criaturas. Como ya se ha indicado, el Dios del Corpus Dionysiacum es el Dios Desconocido y Oculto paulino. Dios que trasciende el ser y el no ser, la razón y la ignorancia. La pregunta, por tanto, no es ociosa: ¿cómo el hom­ bre puede acceder a ese Dios y conocerle, aunque no sea más que como Desconocido? La especulación Pseudo-dionisiana realiza un ingente es­ fuerzo por resolver esta problemática estableciendo la inmanencia de Dios en el mundo y, a la vez, su Trascendencia del mismo. El De Coelesti Hierarchia y el De Ecclesiastica Hierarchia esto lo llevó a cabo mediante la actividad del universo jerarquizado, siguiendo la ley fundamental de la mediación 9. Sin embargo, en el De Divinis Nominibus se propone una unión con Dios por vía intelectual y en la Mysthica Theologia , otra unión por vía «mística unitiva». La vía cognoscitiva, por la que se accede a Dios, pasa por tres momen­ tos: el de la afirmación, el de la negación y el de la eminencia. La afirma­ ción se encuentra en el De Divinis Nominibus en contexto trinitario y refe­ rida siempre a la Omnipotencia divina. En cuanto las criaturas son efecto de Dios, Dios se encuentra en ellas de algún modo. Todas las criaturas son «iconos», «semejanzas» de la Divinidad, pero no son la Divinidad misma. Por ello, puede decirse que Dios está en todo ente y no está en ninguno, dada su absoluta Trascendencia. De esta forma, la similitud que afirma algo positivo del Creador en la criatura se constituye en diversidad infinita. Y, para que nuestros conceptos de Dios sean lo menos inexactos posibles, la mente humana debe seguir el camino de la negación. Es decir, negar que la semejanza de la criatura en su instalación existencial pueda sin más ser atribuida a Dios. Los atributos se predican del ser, según el modo de ser que se posea. Ahora bien, el Ser de Dios es Infinito. Por tanto, los atributos que la mente humana aprehende en las criaturas debe atribuírse­ los a Dios de una manera eminente. Según el modo Infinito de Ser de Dios. Esto conduce lógicamente a conocer a Dios, en cuanto en su esencia residen las razones ejemplares de las cosas que la acción creadora pasa a la existencia. 9. Para una ampliación y enriquecimiento del concepto de «Jerarquía», véase a R. Ro QUES, L'Univers dionysien. Structure hiérarchique du monde selon le Pseudo-Denys (París 1954). Especialmente en las tres primeras partes en donde hace análisis del vocabulario jerár­ quico y muestra, después, el pensamiento dionisiano sobre el universo celeste y humano.

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