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EL MISTERIO DEL ORIGEN DEL «VERBO» EN E. NICOL 303 «misterio menor» al afectar únicamente al «cómo»: «La diversidad de los seres vivos es misterio»32. El misterio de los seres vivos se acrecienta también al descubrir, como dato o hecho, que son «sonoros»33, pero les falta algo fundamental para que se dé un nuevo paso ontologico: el logos. Hay, indudablemente, comu­ nicación entre los animales (especialmente entre los animales superiores), pero, como muy bien apunta E. Nicol, «la voz animal es música incomple­ ta: transmite mensaje sin logos. El logos y el sonido son indivisibles en la palabra humana»34. c) Dentro del cosmos, la segunda forma ontologica es «la del ser que tiene logos»35; «con la palabra, un ser vivo comienza a ser hombre»36. ¿Cuáles son los datos del origen de esa segunda forma ontologica sublime? Siempre hay que tener en cuenta lo que hemos indicado en el apartado a): en el cosmos sólo hay materia infinita y eterna como único componente del mismo, sumida en el silencio. Y en tal cosmos, aunque no se pueda establecer el momento temporal, surge el milagro, el misterio. Porque, sin tratarse evidentemente de un proceso químico o biológico, un vulgar ser viviente se convirtió en verbal. El hecho sucedió una vez y sigue siendo inexplicable, porque «una porción minúscula cuantitativamente, sublime cualitativamente» rompió el silencio cósmico37. Pero justamente ahí, nuestra razón se encuentra con la aporía de que no había nada más que materia en el universo y surgió ciertamente el verbo y no puede tener otro origen que esa única materia y, al mismo tiempo, es imposible que de la materia surja el verbo. Repetidas veces 32. FH 39. Cfr. también 67. 33. FH 58. Cfr. también 52. 34. FH 58. 35. FH 66. 36. FH 67. Aunque en la obra que estamos analizando no establezca prioridades crono­ lógicas, en Crítica de la razón simbólica (México 1982), E. Nicol señala un orden de aparición entre materia y logos al escribir «el logos no ha existido desde siempre. En el horizonte del Ser universal, el logos aparece; es decir, se presenta como una forma de ser con menos prioridad y rango que otros seres; menos, desde luego, que los elementos químicos de la materia, de cuya combinación surgieron los seres vivos. Es evidente que sin materia no habría universo. En verdad, no habría Ser. La materia precede al logos» (p. 258). 37. FH 7. «Existió en el universo la materia sin el logos; es decir, el universo era enton­ ces puramente material... El logos se concentra en una pequeña porción de la materia, y esta concentración permite al ser lógico irradiar desde su localidad definida, y hablar de todo el ser material; o sea, hablar de todo lo propio y de lo ajeno, de lo cercano y de lo remoto en el orden del espacio y del tiempo, y en el orden del ser» (E. NlCOL, Crítica de la razón simbólica , México 1982, 267).

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