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298 MANUEL GONZALEZ GARCIA obra Formas de hablar sublimes: Poesía y Filosofía (México, Universidad Nacional Autónoma 1990). Sobre esta obra me escribía conmovedoramente: «Este libro, casi agotado, despierta en mí especial ternura. A mi esposo le hacía mucha ilusión verlo publicado. Llegó demasiado tarde a su lecho de enfermo... ni siquiera lo pudo tener entre sus manos, como sucedió con las “Ideas”. Lo considero postumo» (carta de 24 de junio de 1991). Justamente Formas de hablar sublimes: Poesía y Filosofía me ha ofrecido la oportunidad de completar aquellas ideas, hace años apenas sugeridas. Materialmente la obra se compone de nueve capítulos de los cuales seis abordan el tema del logos, del verbo, de la palabra, dedicándose los tres restantes a las relaciones entre filosofía y poesía. Un antecedente muy claro de la mayor parte de esta obra se encuentra en el capítulo X de Crítica de la razón simbólica , titulado «El misterio de la palabra» (pp. 256-277). A él nos referiremos en repetidas ocasiones. Entrando ya en la exposición del pensamiento de E. Nicol, este constata la existencia de numerosas y amplias investigaciones y escritos sobre el len­ guaje, estudios que se han realizado tanto desde el campo de la filosofía como desde las ciencias humanas (psicología, epistemología, antropología, lingüística, etc.). Pero todas estas investigaciones permanecen siempre en un puesto secundario respecto de la cuestión capital, fundamental: el origen de la palabra, del verbo, del logos. Coherente con la orientación de todo su pensamiento afirma que la metafísica es la única ciencia capaz de afrontar el problema del origen del verbo2, porque sólo «en el origen de las cosas está la clave de su ser»3. Lo que hay que unir también con un presupuesto fundamental de la metafísica dialéctica y fenomenológica de E. Nicol: «es preciso volver a los hechos mismos»4. En nuestro caso hay que afirmar como «hechos» los siguientes: a) La igualdad de todos los seres en cuanto al ser5. 2. E. NlCOL, Formas de hablar sublimes: Poesía y Filosofía , México 1990, 36. En las citas sucesivas de esta obra nos limitaremos a usar la siglo FH seguida de la página correspondientes. 3. FH 35. 4. Para no recargar de citas de las obras de E. Nicol esta nota, puede verse lo referente al retorno a los hechos en M. GONZÁLEZ G a r c ía , o . c ., 63. 5. En FH este aspecto queda en segundo plano. Lo afirma, por ejemplo, en la p. 21, pero no lo desarrolla. Para verlo con detenimiento en otras obras de E. Nicol, Cfr. M. G o n z á l e z G a r c ía , o . c ., 62-65. Como ejemplo recordamos estas palabras de Metafísica de la expresión (México 1957, 146): «Es inconcebible que haya distintos niveles ontológicos... No hay en el plano inmanente ninguna consa que sea más que otra cosa, ningún aspecto del ser que sea más que otro aspecto, porque el hecho simple de ser es ya un absoluto, dentro del cual no caben gradacio­ nes. Desde el punto de vista del ser, todas las existencias son equivalentes... La diversidad de formas de ser no implica, en suma, diferencias de grado en el hecho mismo de ser».