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SENTIDO DE LA COLONIZACION HISPANA EN AMERICA 271 Portugal una tenaza para envolver a éste y dar el triunfo definitivo a la Cristiandad contra el mismo9. Ideal tan épicamente religioso Portugal no lo vio contrario a su comer­ cio oriental de las especias. De hecho Lisboa vino a ser en dicho siglo XV el emporio del comercio de dichas especias , que se vendían por toda Euro­ pa. Acuciado por ambos motivos, la cruzada y el comercio, Portugal acude al Papa, para que, según la mentalidad vigente en el mundo cristiano, respaldara sus aspiraciones exclusivas a la conquista del Africa y al comer­ cio de todo el Oriente. Los papas respondieron a esta demanda con sus Bulas . Memorable, en 1454, la de Nicolás V, Romanus Pontifex. Por ella concede a Portugal posesión de las tierras descubiertas en Africa, y las que pueda descubrir desde el Cabo Bojador hasta el Oriente. Calixto III y Sixto IV confirman estos privilegios político-religiosos, pero también clara­ mente comerciales10. A estas dos causas primeras de la acción portuguesa en Africa durante el siglo XV es menester añadir una tercera que surge del hondo sentido cristiano de aquella nación: la extensión del Evangelio. Un hecho histórico muy significativo, pese a venir algo retrasado, pone esta tercera causa muy en claro. El sentido piadoso de Juan III le incita a pedir a Ignacio de Loyola algunos de sus compañeros para misioneros en Oriente. Le compla­ ce el santo concediéndole dos. Uno de ellos es Francisco Javier, quien tuvo que dejar a su compañero en Portugal e irse sólo a las lejanas tierras de la India y el Japón. Y con qué fruto... Todo por iniciativa del rey cristiano de Portugal. No siempre los poderes políticos estuvieron a la altura de su deber. Pero cuánto ayudaron a la extensión del Evangelio. Pese, sin embargo, a estas nobles preocupaciones evangélicas constata­ mos que en el primer momento de abrirse Europa a la colonización el interesarse por el personal indígena viene en segundo término. Desde la perspectiva de cruzada lo importante era crear fortalezas que impidieran el posible ataque del Islam y pudieran ser base de apoyo en una ofensiva contra el mismo. Desde la perspectiva comercial las costas del Africa vinie­ ron a ser puntos claves del gran comercio que mantuvo Portugal con el Oriente. Todavía la ciudad de Macao nos habla hoy de estos puntos de apoyo comerciales. La cuestión de los nativos, de los residentes en los que hemos llamado puntos de apoyo, no entran en el primer plano de las preocupaciones. Sólo más tarde, el sentido cristiano de aquellos coloniza­ dores cuidará de realizar una obra evangélica. 9. A. C. MALTOSO, Historia de Portugal, Lisboa 1939. 10. Véase L. LOPETEGUI, La Santa Sede ante las empresas marítimas hispano-lusitanas hasta 1492 , en Historia de la Iglesia en la América española , Madrid 1965, 10-24.

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