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EL DESEO DE DIOS EN LOS ESCOTISTAS DEL SIGLO XVI 241 una persona. Aunque no lo diga expresamente, se percibe en su razona miento la dimensión personal, y no material, del problema. 2. Una más extensa exposición del problema la ofrece ]uan Vigerio7. El término fin admite según él una doble acepción: En cuanto objeto má ximo perfectivo de la potencia y en cuanto razón de la existencia de un ser8. Pero propone todavía otra distinción en la finalidad de un ser: 1. La finalidad que entraña la misma generación o puesta en la existencia; algo que es intrínseco a la misma cosa: así, fin de la generación es la forma sustancial que pertenece a la esencia de una cosa y cualquier otra forma intrínseca. Este fin o finalidad se puede conocer naturalmente en la presen te condición humana, aunque sólo sea de un modo confuso. 2. Otro es el fin de la cosa ya existente. Tal fin es extrínseco al ser mismo y, en el caso del hombre, se logra en la actuación que lo hace plenamente feliz. Ello se realiza en la unión inmediata con Dios, de un modo que, en nuestra situa ción actual, no es cognoscible por las meras fuerzas naturales9. Es claro que en esta división del fin, por los caracteres que se asignan a los dos fines, Vigerio identifica fin con perfección. Quedan, pues, en planos distintos la perfección que corresponde a la esencia de una cosa y la perfección que puede venirle de la unión con un objeto mediante la operación. El pasaje de Vigerio que nos ocupa trata directamente de la necesidad de la revelación y, de hecho, supone la existencia del deseo natural del fin sobrenatural. En este contexto se propone la dificultad de la cognoscibili dad que entiende es afirmada por Escoto en Ox. 4, d. 49, q. 8. Piensa que las pruebas del Doctor Sutil, si bien son hermosas, sin embargo no son demostrativas en el estado actual, sino sólo probables10. Y aun en el caso 7. Juan Vigerio (t 1536), franciscano conventual, fue lector de filosofía en Padua y Roma. Su comentario a Escoto se limita al primer libro de las sentencias: Lectura resolutissima super lum. Sent. Doctoris Subtilis J. Scoti, Venetiis 1527, in fol. Cfr. SBARAGLIA, t. 3, p. 138 a-b; H ü RTER, t. 2, col. 1195. 8. «...finis est dúplex...: est primum objectum quod attingitur per operationem. Et sic Deus est finis, cum sit obiectum attingibile per operationem, scilicet claram visionem et per- fectam Dei fruitionem. Alio modo finis est causa propter quam causatur esse actus: ut serra propter serrationem» ( Lectura , Prol. q. 1 fol. 2a). 9. «Aiiter etiam finis est dúplex: scilicet generationis, et est ille qui est intrinsecus rei, qui per agens naturale attingitur. Et hoc modo quaelibet forma substantialis dans esse essen- tiale alicui rei dicitur finis generationis... Et hoc modo quaelibet forma intrinseca rei dicitur finis seu terminus rei: et talem finem naturaliter possumus cognoscere pro statu isto: non distincte sed confuse. Alius est finis rei genitae: quia est intrinsecus rei: et attingitur per operationem beatificam: Et talis finis est Deus benedictus, qui non potest a nobis ex puris naturalibus pro statu isto cognosci» ( Ibid ., fol. 2a-b). 10. «Dicendum est quod rationes adductae in quarto (et sunt acceptae ex parte objecti et ex parte actus ipsius intellectus, vide ibi) sunt etsi pulchrae tamen probabiles tantum et non demonstrativae pro statu isto ut patet intuenti» {Ibid., fol. 2b).
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